Han pasado tres años desde el estreno en la plataforma Netflix de 6 en la sombra (2019), la última película dirigida por Michael Bay; y cinco años desde su último estreno en cines, con la quinta entrega de la saga Transformers, El último caballero (2017). La pandemia y los robot-coches han mantenido a Bay ocupado durante unos años, centrándose más en hacer películas que recaudasen (para sobrevivir) que en hacer un cine más propio de él, algo más… original.
Y no es que Ambulance. Plan de huida (Michael Bay, 2022) sea una cinta totalmente original, sino que al menos nos devuelve al director a las salas de cine, y eso siempre es de agradecer. No olvidemos que el cine de Bay es un cine hecho prácticamente para verse en pantalla grande. Como nota, la película está basada en la cinta danesa Ambulancen (Laurits Munch-Petersen, 2005), que ya quiso versionar hace unos años el director Philip Noyce.
Dos policías rebeldes (1995), La roca (1996), Armageddon (1998), La isla (2005) o 13 horas: Los soldados secretos de Bengasi (2016) son algunos trabajos de Michael Bay, ese director norteamericano que ha creado un subgénero propio, y cuyo cine se caracteriza por escenas de acción ‘bigger than life’ proporcionando al público un absoluto espectáculo ensalzado por grandes explosiones, ruidos atronadores y escenas de acción tremendamente frenéticas. Si estás en ese equipo, entonces puede que Ambulance. Plan de huida resulte de tu agrado.
Pero en este caso, Bay se ha dejado llevar demasiado por los excesos, algo que no es nuevo, ya se notaba en alguna que otra entrega de la abigarrada saga Transformers, en donde incluso llegaba a saturar y confundir al espectador. Podríamos considerarlo como una firma del propio Bay, y pudiera tener un pase. Pero lo que ha hecho en Ambulance. Plan de huida sobrepasa un poco esos límites dejando una cinta excesiva e innecesariamente larga, en donde resulta prácticamente imposible empatizar con toda la ‘troupe’ de personajes que aparecen.
El director conoce sus limitaciones, y entre ellas está la dirección de actores. Cuando se ha intentado poner dramático (Pearl Harbor (2001)) le ha salido el tiro por la culata, y aquello le sirvió de ejemplo para saber que no es lo suyo el empatizar con los personajes. Una vez que lo sabe, ya le da todo lo mismo, y esto es simplemente un ejercicio de proezas visuales, persecuciones extremas, diálogos prácticamente absurdos y escenas de relleno (muchas, sí) que no conducen a mucho más. Todo ello enlatado en más de dos horas de película de la que ni siquiera salvamos la presencia de Jake Gyllenhaal como protagonista.
Pero el cine de Bay es así, es un cine ‘no limits’ donde cualquier explosión por injustificada que esté, queda bien en un plano. En 13 horas: Los soldados secretos de Bengasi (2016), posiblemente su última gran película hasta la fecha, empezaba a demostrar su buen pulso a la hora de utilizar drones como cámaras. Aquí desfasa y salvo dos o tres momentos puntuales, el resto de planos no aportan absolutamente nada, y simplemente son para lucirse.
Es una película con un ritmo más próximo a 6 en la sombra que a obras mejores como La roca o Armageddon, en donde había un hilo narrativo bastante bien trazado, personajes medidos, acción hecha con mesura y bien rodada… todo eso queda atrás, y Ambulance. Plan de huida es en todo su conjunto un exceso total. ¿Entretiene? Sí, pero por momentos.
No esperamos una obra maestra de arte y ensayo, ni siquiera el propio Bay, pero que menos que enterarnos bien de la historia, de los personajes, saber un poco de ellos… aún seguimos buscando eso.
