Aunque en España no dispongamos de una industria tan universal para el cómic y para poder venderlo fuera de nuestras fronteras como adaptaciones cinematográficas, el buen material del que disponemos, bien ha dado algunas alegrías a nuestras taquillas. No ha sido el caso de Anacleto: Agente secreto, adaptación de los tebeos del dibujante Manuel Vázquez, que creó el personaje a mediados de los sesenta, y que parodiaba a los agentes secretos, aunque siempre tomándolos con respeto. Es un buen producto, pero no parece enganchar con el público.
Tras las agradables Spanish Movie (2009) y Promoción fantasma (2012), Javier Ruiz Caldera se consolidó en la comedia con la algo más floja Tres bodas de más (2013), pero parece haberse redimido de aquello con Anacleto: Agente secreto, cinta que, siendo totalmente consciente de lo que es, se hace entretenida y nos mantiene siempre con cierto interés, sin caer demasiado en la carcajada desmesurada o en la risa facilona.
Bien es cierto que tiene una buena materia prima, los tebeos de Vázquez, y que la presencia de Imanol Arias, Quim Gutiérrez, Carlos Areces, Alexandra Jiménez, Rossy de Palma, Berto Romero (sus apariciones siempre son bien recibidas) y Emilio Gutiérrez Caba, son sin duda apuestas seguras para el humor. Pero la dificultad de caer en la mera parodia, en la simplicidad, en la absurdez más absoluta o en la necesidad de justificar todo, han sido muy bien esquivadas por un fresco guión que, lejos de tener una historia novedosa (no es necesario), hilvana bien cada elemento de la trama.
Anacleto: Agente secreto es un modelo de adaptación bastante aceptable, con sus cosas buenas y sus cosas no tan buenas. Se han tomado algunos elementos de los tebeos, las fobias de Anacleto (el desierto del Gobi), la caracterización de Arias es llamativa… Caldera ha hecho una más que aceptable película en la que bien podríamos encontrarnos con defectos de forma, tales como exageradas escenas, sobreactuaciones… pero no, dentro de sus límites, Anacleto: Agente secreto está bien medida.
Si hubiera que ponerle pegas, quizá la simplicidad de algunas partes, resultaría decisiva para determinar algo más que ser aceptable. Pero la verdad, es que tampoco se antoja necesariamente imprescindible.
Ciertos toques de humor “made in spain”, y sobre todo un villano a la altura de Anacleto (Carlos Areces, siempre espléndido), conforman en su conjunto, una agradable propuesta simpática, graciosa, consciente (como dije antes) de sus limitaciones y que entretiene sin necesidad de más elaboración. Anacleto: Agente secreto mantiene además un trepidante ritmo, no da prácticamente tregua y hasta sus delirantes escenas de acción son bastante pasables.