Bajo amenaza supone un nuevo trabajo de Joel Schumacher, director un tanto irregular que tan pronto hace pensar que tiene buen pulso como que no sabe escoger con acierto algunas de las historias que cuenta.
Los secuestros en los hogares son, en ocasiones, un tema recurrente en el cine. Desde Horas desesperadas (1956), a Firewall (2006). Hasta el cine europeo se ha atrevido a realizar cintas de similares características, no olvidemos Funny Games (1998), de Haneke o la española Secuestrados (2011), de Miguel Ángel Vivas. Todas ellas siempre suelen tener un eje común, y de alguna forma, manejan la violencia de la situación según interese.
Schumacher ha decidido edulcorar un poco la tensa situación que supone un secuestro para dejarnos caer unos personajes que, a pesar de intentar llevar la situación, no consiguen tampoco que sintamos simpatía por ellos, o al menos, un poco de pena. Es seguramente este elemento el que diferencia a Bajo amenaza del resto de películas de similar argumento. Hace ya algún tiempo que muchos crucificamos a Nicolas Cage, cuya carrera, más irregular que el filo de una sierra, cosecha taquilla (no siempre) pero se ha vuelto más estrella que actor, siguiendo, en este caso, a un personaje que en sus diversos intentos por crear suspense o interés, provoca otro tipo de reacciones.
Casi lo mismo le sucede a Nicole Kidman, que como su compañero de reparto, tras haber recibido un Oscar no parece haber relanzado su carrera y tomar otro tipo de iniciativas. Bajo amenaza supone un papel muy secundario para la protagonista de Las horas (2003), a pesar de que es uno de los principales ganchos de toda la historia.
Pero si alguien sale mal parado de todo este desaguisado, son los propios secuestradores. Si tienen que infundir miedo, aquí no lo hacen. Uno puede hasta simpatizar con ellos, pero no es el caso, es más, terminan hasta cayendo mal… de lo mal ladrones que son.
En conjunto, estamos ante una cinta menor dentro de la carrera de Schumacher que parece abocado a una especie de autodestrucción que comenzó hace ya un tiempo y que con el retraso de sus últimos estrenos, está saliendo a la luz. Bajo amenaza no guarda nada suyo, es una cinta que nos deja un tanto indiferentes y no nos hace sacar muchas conclusiones.
La introducción en el guión de algunos giros, pretenden levantar un ejercicio fílmico que, desde los primeros quince o veinte minutos, deja ver todas sus cartas, por lo que no esperamos ya nada nuevo. Una lástima, porque a pesar de ser un género muy trillado, siempre se le puede sacar algo nuevo.