Blade Runner 2049

Blade Runner 2049

Blade Runner 2049 | 2017
5 de octubre de 2020
Treinta años después de los sucesos de la primera película, un nuevo agente, K, se dedica a localizar y eliminar a “replicantes”. Su último caso le lleva hasta los misteriosos restos de una mujer “replicante” con signos de haber dado a luz. La investigación también supondrá para K, una búsqueda a través de sus orígenes y deseos, pero sobre todo el mayor desafío de su vida.

La obra de Philip K. Dick publicada en 1968 ¿Sueñas los androides con ovejas eléctricas? fue llevada a la gran pantalla por Ridley Scott en 1982 bajo el titulo de Blade Runner, y supuso un antes y un después del cine de ciencia ficción. No es de extrañar que durante todos los ochenta y noventa (posiblemente hasta la llegada de Matrix (Los hermanos Wachowski, 1999)) prácticamente el cine de ese género bebía de las inspiraciones de la obra de Scott. Es innegable que es una película de las llamadas «de culto».

Han pasado treinta y cinco años desde entonces y hacer una continuación de aquella obra maestra era un desafío que Hollywood estaba dispuesta a correr. Scott se reservó el derecho de producir (a través de su productora Scott Free), pero es inevitable comparar la película de Villeneuve con la del británico, hay demasiada carga en un proyecto así como para que surjan contratiempos.

Ya la obra de Scott era una película de complicada digestión, incluso el montaje más largo de todos los que existen, resulta toda una prueba para aquellos que no están acostumbrados a un cine pausado, que ritmo tranquilo y diálogos casi adormecedores. Un espíritu que Blade Runner 2049 hereda y que lleva con orgullo. Más que una película, quizá para muchos sea una experiencia, pero hay que ir avisados de que no es una cinta de acción, sino más bien un thriller de ciencia ficción… con alguna escena de acción.

Su empaque es quizá lo más embriagador de la película. Una espectacular fotografía de Roger Deakins en donde se funden luces, colores, sombras, rostros, imágenes generadas por ordenador y hologramas… una armonía que, en momentos, roza la perfección estética en el cine de su género. Planos largos, la utilización magistral de los colores o esa ambientación decadente que también plasmó Jordan Cronenweth en la cinta de Scott, con la ayuda de un equipo de producción que, hasta día de hoy, sigue asombrando en su capacidad creativa. Una vez más, la herencia de la película original se vuelve a palpar.

A nivel interpretativo, Blade Runner 2049 también cumple con creces las expectativas que tengamos. Con un Ryan Gosling en uno de los papeles más importantes de su vida, e interpretando a un personaje en constante duda por su existencia, con la imperiosa necesidad de saber quien es y la necesidad de ser amado de alguna forma, o de que alguien le repita constantemente que lo quiere. Un personaje complejo, lleno de miedos, pero con una fuerte presencia en la película.

Blade Runner 2049.

También destacaríamos al resto de secundarios, incluido el propio Harrison Ford. Y es que aunque la historia gira prácticamente alrededor de Gosling, el “cast” de la película supone un apoyo enorme tanto para él, como para la historia.

Pero a pesar de la cantidad de cosas buenas que tiene Blade Runner 2049, hay una que lastra en exceso durante toda ella, y es la excesiva duración que tiene (hasta el propio Scott lo dijo en su día). Una duración que tampoco se justifica y que favorece la aparición de algunas subtramas que no terminan de explicarse como es debido (como esa especie de facción revolucionaria que conocemos a través del personaje de Mackenzie Davis). Una película a la que le sobra, quizá unos treinta o cuarenta minutos.

Tampoco podemos decir que su desenlace (bastante inspirado en el de la cinta de Scott) pueda resultar satisfactorio al cien por cien. Tiene su lógica y cierra bien la historia, pero quizá nos esperábamos más, después de una serie de escenas contenidas y llenas de información.

Blade Runner 2049 es una película que habría que ver, no hay duda, y habría que mentalizarse porque contiene mucha información. Pero al final, la historia se reduce a algo más sencillo, al desarrollo de una premisa que, quizá ya se planteaba en la obra de Scott.

Las comparaciones son odiosas, eso está claro, y a ésta le saldrán muchísimas. Pero hay que quedarse con más cosas, no sólo con que se trata de una secuela. Como historia independiente, también podría colar, aunque si venimos de la primera Blade Runner, está claro que encontraremos mucho más rico, el enorme desarrollo de personajes y entornos que contiene.

Una espectacular visión sobre en qué consiste ser humano (otra vez).
9

+Info
Dirección
Denis Villeneuve
Guion
(personajes creados por Philip K. Dick)
Hampton Fancher, Michael Green
Dirección de fotografía
Roger Deakins
Música
Hans Zimmer, Benjamin Wallfisch
Montaje
Joe Walker
Formato
2.39:1
Nacionalidad
USA, Hungría, Reino Unido, Canadá, España
Duración
164 minutos
Distribución
Sony Pictures
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