Han pasado ya cinco años desde que Zilbalodis nos dejase esa maravilla llama Away. Desde entonces parecía que no volveríamos a ver su nombre en unos créditos, pero en el pasado Festival de Cannes, presentó Flow, un mundo que salvar, su nueva película, en donde mantiene su sello personal.
Como sucedía en aquella historia, el minimalismo es uno de los principales adjetivos que podemos ponerle a Flow, un mundo que salvar, aunque aquí, quizá hay bastante más detalle en cuanto a dibujo se refiere. Más detalle, pero algunos aspectos se siguen manteniendo dentro del estilo particular que Zilbalodis impronta a sus obras. Flow, un mundo que salvar, que bebe de alguna forma de su primer cortometraje, Aqua (2012), nos regala una historia sobre la amistad y la supervivencia, en un mundo ¿fantástico? en donde se mezclan elementos reales con otros casi mágicos.
A través de las casi oníricas imágenes que nos muestra, y con esos animales como protagonistas, la cinta se desarrolla ágilmente, sin tropiezos de ritmo, algo repetitiva, eso sí, pero hermosa sobre todo en cuanto a aspecto visual se refiere.
Resulta interesante que cada animal (el gato, el capibara, el serpentario, el lémur y el perro) tiene su propia personalidad, como si de humanos se tratase. Este aspecto le da a la película y a su historia un enfoque con el que quizá podríamos identificarnos.
Al igual que con Away, la película carece de diálogos y la historia avanza en función de lo que vemos y oímos. Para Zilbalodis es todo un logro que su segunda película ya tenga presencia en un festival tan prestigioso como Cannes, dado que su cine no es precisamente un cine demasiado convencional.
Y la película tampoco tiene demasiado a lo que enfrentarse, todo sea dicho. A nivel técnico Zilbalodis sigue a la altura, los detalles están muy bien tirados, y los personajes bien animados (dentro de los que él quiere que se animen). Quizá si que pudieran resultar algo confusas algunas cosas de la historia, pero en general se sigue con interés.
Flow, un mundo que salvar, sin ser superior a Away (quizá es menos ambiciosa), también quizá por la novedad de la otra, es una cinta igualmente disfrutable, con una animación preciosista y con una historia excesivamente sencilla pero eficaz, la supervivencia como telón de fondo sigue presente aquí. Como su propio título dice, la vida es un fluir de acontecimientos, y para estos personajes, cada momento es un desafío que tienen que superar para continuar con su propia vida.