David Robert Mitchell dirige la que es su segunda película, It Follows en donde coquetea con el thriller, el drama adolescente y algunas pinceladas de terror. Todo ello envuelto en una atmósfera extraña, confusa y perturbadora.
La adolescencia, la pérdida de la inocencia o capacidad de adquirir responsabilidades, son algunos de los puntos que Mitchell ha tocado durante su corta filmografía. It Follows no podía ser menos y el director nos plantea varias teorías sobre lo que hay debajo de esa pátina de cinta de terror estilo ochentero, protagonizado por un joven elenco de actores que dan la talla.
It Follows nos permite elaborar nuestra propia teoría sobre lo que nos quiere trasladar. ¿Habla sobre la pérdida de la inocencia? ¿sobre el tránsito hacia la adolescencia? ¿habla sobre los miedos de ir haciéndose mayor? Son varias teorías, seguramente todas ellas válidas.
El guión no es demasiado redondo. No hay muchos datos sobre los personajes, sobre todo sobre lo que hay detrás de ellos. Resulta especialmente curioso que se dan muy pocos detalles sobre los padres de los personajes. Hay pinceladas, pero en general están muy desdibujados.
Por otra parte, la película podría pecar un poco de redundante. Una vez vista la primera “visión” (una inquietante escena en el colegio), el resto de apariciones vuelven a reincidir de nuevo sobre la idea, lo que quizá le otorga excesiva reiteración. Hay otra escena bastante inquietante, que tiene lugar en una pequeña playa, muy lograda. Y la resolución final, en esa piscina (donde no hay vigilantes…) tampoco resulta demasiado explicativa.
En general, en It Follows no hay demasiadas explicaciones sobre lo que persigue a la protagonista. Es ese desconocimiento (el mismo al que se enfrentarán los personajes cuando dejen la pubertad) lo que puede no gustar demasiado, pero igualmente es una confusión buscada.
El aspecto más interesante de It Follows radica en su puesta en escena, en su imagen, en su inquietante fotografía, en la que parece que quiere que estemos esperando a que algo nos sobresalte. En este sentido el director se aleja (y eso es de agradecer) de los “jump scares” gratuitos y previsibles, lo que da a las escenas más “terroríficas” un toque personal muy interesante.
Es una película muy aceptable, no llega a ser redonda, pero sin duda merece mucho la pena. Merece la pena la forma de abordar el tema que aborda, la forma en la que está contado, la historia sobre la amistad, sobre esos amores platónicos, sobre los celos, sobre el paso a la adolescencia… por unas cuantas cosas, It Follows merece la pena.