Michael Andrew Fox (la “J” se la puso en honor a un postre de gelatina que le gustaba de niño) nació en Edmonton, Canadá, en 1961, la misma ciudad que vio nacer a Arthur Hiller, Nathan Fillion o al mítico actor Tommy Chong. De joven era un chaval con bastante carisma, muy inquieto y su sueño de ser actor siempre rondaba por su mente, incluso cuando se metió en el grupo de teatro del instituto en el que sólo había chicas.
Acompañado por su padre, que siempre confió en él, se dio a conocer con la serie Enredos de familia (1982), cuyas tercera y cuarta temporada, rodaba a la par que la película que le haría famoso para siempre, Regreso al futuro (Robert Zemeckis, 1985). Tras varias secuelas y otras cintas alejadas de su personaje estereotipo, llegó en 1991 Doc Hollywood (Michael Caton-Jones). Ese mismo año le diagnostican Parkinson. Desde entonces su vida cambia y La vida de Michael J. Fox (Davis Guggenheim, 2023) es una especie de resumen de toda ella, contada siempre desde el punto de vista del propio actor.
Pero lo que hace que este documental sea interesante de ver (siempre y cuando te interese el tema, claro está), es su forma. Guggenheim, que ya había tratado el género en Una verdad incómoda (2006), por el que ganó un Oscar, Esperando a Superman (2010) o Él me llamó Malala (2015). Es un director que conoce bastante bien este tipo de material y aquí no se reduce a un conjunto de imágenes de archivo y totales donde el actor y productor cuenta un poco su vida, va un poco más allá.
Guggenheim cuenta con guion del propio J. Fox, e intercala partes sus películas y rodajes (algunos reales, otros son recreaciones) con hechos de su vida real, como si su filmografía formara parte de su vida, enfatizando más si cabe este hecho.
El actor nos cuenta ya no sólo como fueron sus inicios y la relación con su familia, sino además su faceta como marido, junto a la actriz Tracy Pollan con la que lleva casado desde 1988, o como padre de cuatro hijos.
Llama especialmente la atención la forma en la que el actor (siempre con un sentido del humor innato) lleva su enfermedad, ya no sólo por su aceptación sino por la cantidad de anécdotas que cuenta y por la increíble normalidad con la que la ha incluido en su día a día.
El documental también habla un poco de la fama y del éxito y de cómo J. Fox lo digirió en su momento; de lo complicado que le resultaba compaginar varios rodajes y volver a casa junto a su mujer e hijos. O también como disimulaba su enfermedad durante la serie Spin City: Loca alcaldía (1996). No es la primera vez que los medios se aproximan a su vida, en el 2013 protagonizó su propia serie de televisión, en la que se narraban pasajes de su vida bajo el título El show de Michael J. Fox (2013) y con el personaje de Mike Henry.
La vida de Michael J. Fox es un documental interesante, con partes un poco duras, sobre todo cuando se habla de cómo lleva el día a día el actor. Pero su sentido del humor y la forma en la que está todo contado, resultan un calmante audiovisual para toda su historia.
Guggenheim ha hecho un trabajo maravilloso, entrañable y sin duda resulta maravilloso volver a reencontrarse con un actor al quién el pasado año se le concedió el Oscar honorífico. Merece mucho la pena verlo, no hay duda. El último plano, sin duda quedará para el recuerdo.
Es una exclusiva de Apple y nunca estuvo en sus planes estrenarlo en cines.
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