Segunda película del director David Victori tras el thriller de terror El pacto (2018). Sin abandonar el género, pero bastante diferente a la cinta protagonizada por Belén Rueda, con No matarás, su realizador nos regala la angustiosa odisea de un personaje que trata de pasar página.
Hay dos cosas interesantes que llaman la atención en No matarás. Por un lado, es su ritmo. Prácticamente la película no decae a pesar de que empieza de una forma muy tranquila. A cada minuto y gracias a la maravillosa realización casi en planos secuencias, somos testigos en persona, de cada uno de los pasos que tiene que tomar nuestro protagonista para salvar una peligrosa situación.
La vertiginosa puesta en escena que Victori plantea nos muestra una noche misteriosa, con calles prácticamente inhóspitas, algunas con personajes extraños. En ese sentido la película se muestra bastante realista, pero tampoco se detiene a que su protagonista interactúe, no es el cometido de su historia.
Por otro lado, tenemos a Mario Casas en uno de sus papeles más interesantes. A pesar de la ingente cantidad de roles que ha hecho el actor, podemos decir que éste es de los pocos memorables. Un personaje contenido y bastante creíble. Es de lo más destacable de la película.
No matarás no tiene una historia demasiado compleja, tampoco la necesita y la realización de Victori le da más que un notable empaque de thriller de diseño. El resto de secundarios, incluida la actriz Milena Smit, apoyan de manera importante toda la trama, dando igualmente un buen resultado.
Es una película sencilla, que habla sobre personas desesperadas en situaciones límite, y que cuenta con una de las mejores interpretaciones de Mario Casas. Bastante recomendable si queremos pasar un rato en tensión, porque la cinta, no da tregua.