Nueva apuesta de Netflix por el thriller, esta vez nos llega desde el norte de Europa, concretamente desde los gélidos bosques de Suecia y con un reparto desconocido para el gran público. El resultado de esto es una cinta bastante sencilla, con algún que otro giro de guion que puede sorprender, pero en su conjunto no deja tampoco mucho margen a la sorpresa.
Segunda película de Alain Darborg, tras la inédita en España Un plan perfecto (inédita en su estreno, porque tiene traducción). Darborg ya conoce el terreno del thriller con sus trabajos para televisión, por lo que Punto rojo no supone un reto demasiado grande para él.
Si que llama especialmente la atención que está rodada prácticamente en entornos naturales, en bosques nevados, fantasmagóricos. Bosques que parecen ocultar algo por la noche, a pesar de las tenues luces de las auroras boreales. Punto rojo, aunque sea un thriller bastante al uso, ahonda en algunos aspectos como las relaciones de pareja o los secretos. Igualmente ahonda en temas tan diversos como los traumas o incluso el racismo.
Aunque a la película le cuesta un poco arrancar y todo parece encaminado hacia una cinta bastante convencional, en su último tramo final es donde quizá destaca un poco por encima, con giros de guion interesantes y que descolocan (para bien) al espectador.
No vendrá a aportar nada nuevo, pero es una propuesta fácil y sencilla, en donde funciona bastante bien la tensión, los actores están correctos (el protagonista llega incluso a convertirse en un personaje bastante torpe y desesperante) y el manejo del drama y el thriller está en buen equilibrio, aunque siempre pesa más el segundo que el primero.
Sus características a nivel de producción y reparto, la habrían hecho pasar totalmente desapercibida por la cartelera, seguramente.
Sólo puede verse a través de Netflix.