Los buenos resultados en taquilla de [REC] (Jaume Balagueró y Paco Plaza, 2007), no hicieron más que aumentar los deseos de sus responsables de hacer una continuación, y repitiendo la misma fórmula, [REC]² se vuelve a consolidar como una cinta que gusta a pesar de que innovar, lo que se dice innovar, no hace mucho.
Tomando como base la primera entrega de esta, ya considerada, saga, Balagueró y Plaza apenas aportan novedades en esta secuela. Bien es cierto que se sirven de algunos avances técnicos (multicámara, por ejemplo) para intentar aportar nuevos elementos formales, pero la fórmula sigue siendo la misma y no cambia en exceso.
La novedad, que si la hay, es la inclusión de una segunda subtrama que se une a la principal, protagonizada por unos niños, que también se disponen a grabar lo que pasa. La unión de ambas tramas, muy bien hiladas, por cierto, es quizá lo más llamativo de la película, pero por lo demás no estamos precisamente ante una secuela especialmente memorable.
El nivel interpretativo sigue rozando el aprobado raspado, con algunas interpretaciones algo impostadas y en donde todo el mundo parece exagerar demasiado su papel. A pesar de que es una película que no es para tomársela en serio, este apunte, puede resultar a veces hasta hilarante y provocar alguna risa en la sala.
La técnica de los directores vuelve a ser bastante notable, a pesar de que, como hemos reiterado, la película no aporta demasiado. Es más, en algunos momentos parece que la historia se lía con las dos vertientes que hay de su trama (¿posesión o infección? Pues no lo aclara muy bien). Vale que lo que importa es que el público pase miedo, pero no hay que dejar de lado el intentar no hacerle un lío.
Desde luego no hay duda de que la película llamará la atención a aquellos que difrutaron con la primera, pero si detestas la anterior, ni te molestes en darle una oportunidad a su secuela.