Netflix se atreve con una de las sagas de videojuegos de más éxito de la historia, la creada por Shinji Mikami Resident Evil. Aunque aquí, pocas cosas quedan ya de las primeras entregas, de hecho, los acontecimientos que se cuentan en Resident Evil: La oscuridad infinita se sitúan entre la cuarta y quinta entrega de los juegos, las desarrolladas en España y África respectivamente. Además el Resident Evil 4 goza de bastante buena acogida por parte de los fans, no así la quinta entrega, a la que muchos creen la causante de que el resto de la saga abandonase un poco el canon oficial.
En esta primera (y única) temporada, compuesta de 4 episodios de unos 25 minutos más o menos de duración, se nos deja la premisa que, se supone, acompañará a la trama principal de toda la serie. Leon trabaja ahora para la Seguridad Nacional mientras Claire investiga por su cuenta la extraña muerte de unos militares tras una operación en el país de Penamstan. Entre los dos tratarán de desenmascarar una trama que implica al Gobierno americano y a China.
Vaya por delante que cualquiera que haya visto los tres largometrajes de la saga que salieron entre 2008 y 2017, a saber: Degeneración, La maldición y Vendetta, no se sorprenderán demasiado en cuanto al nivel técnico. Sí que en la última entrega ya se apreciaba una animación algo más elaborada con respecto a la primera película. No hay sorpresas. No se trata de una película de Pixar, pero sobre todo en las escenas de acción, tanto a nivel de movimientos como de texturas, cumplen sobradamente. Donde aún queda mucho por mejorar es en la expresividad.
Cada episodio sigue más o menos una estructura similar y se intercala una escena de acción en medio de varias escenas en donde se va desvelando la trama poco a poco. El episodio final, no deja tan buen sabor como podría parecer, y el desenlace, aunque bastante clásico (para la saga) resulta apresurado, torpe y muy pobre.
Como protagonistas tenemos a Leon, Claire y dos personajes nuevos en la saga, Shen May, una militar que investiga la misteriosa enfermedad de su hermano y Jason, un miembro del equipo de operaciones especiales traumatizado por lo que pasó.
Cabe reseñar que, en cuanto a los personajes principales, veremos más a Leon interactuando que a la propia Claire, cuyo rol resulta casi esporádico y que, aunque en el final tiene algo más de presencia, en el resto de episodios no aparece demasiado. Ayuda a que la trama avance, pero poco más.
A grandes rasgos Resident Evil: La oscuridad infinita resulta muy decepcionante por lo poco original de su historia, el tratamiento tan vacío de los personajes (incluso de los nuevos) y que su animación sigue resultando algo pobre, estática e inexpresiva. Como entretenimiento incluso la cuesta funcionar.