Tercera película de Christian Tafdrup (Copenhague, 1978) y segunda en colaboración su hermano, Mads, con quien escribe esta tremenda historia. Speak No Evil (que podría traducirse como “No hables mal”) es un terrible ejercicio que no consumirá durante todo su metraje. Aunque suene demasiado dramático, la tensión que se genera en, prácticamente, cada una de las escenas de la película nos dejará al final con una extraña sensación, si realmente nos hemos metido en ella.
Speak No Evil no es una película fácil, para nada. En general el cine de este tipo no es un cine fácil de ver, digerir… no es un cine para todo el mundo. Me vienen a la memoria películas como Funny Games (Michael Haneke, 1997), Eden Lake (James Watkins, 2008) o La invitación (Karyn Kusama, 2015) en donde el público sufre como nadie mientras en la pantalla se presentan una serie de situaciones cotidianas, con una vis bastante mal rollera.
Cuesta hablar de Speak No Evil sin no hacerse una idea de que todo esto no va a acabar bien. Estamos en lo cierto, y es que sus últimos quince o veinte minutos se tornan en una terrorífica pesadilla que mezcla indefensión y miedo. No hay duda de que no será un final fácil de olvidar.
Pero al margen de su forma, que en ocasiones no está nada mal, la película adolece de un guion quizá demasiado imperfecto. La historia, como tal está bien contada, pero hay demasiadas piezas forzadas que hacen que todo conduzca hacia donde tiene que conducir, sin ningún tipo de malabarismo u otra cosa. El resultado es el que se quiere dar y no hay lugar para improvisaciones. Quizá es su principal punto flojo, muchas de las situaciones o reacciones que se plantea la pareja protagonista no resultan demasiado creíbles y, en momentos en donde pueden esquivar el peligro, no lo hacen.
A nivel interpretativo todos los intérpretes de la película están muy bien. Aportando la naturalidad necesaria para generar un ambiente que transmita veracidad al mismo tiempo que permita al espectador creerse todo lo que está viendo, insisto, al margen de su “tramposo” guion.
Su mensaje no me resulta del todo explícito. ¿No te fíes de nadie? ¿Todos somos presos de nuestra propia vida? Podría ser, pero demasiado simple. Al margen de diversas cargas políticas que se le quieran ver, la película es un intenso thriller, que genera muy mal rollo y que tiene una poderosísima ambientación tanto a nivel visual como sonoro. Estos elementos, sin duda, ayudan que nos sintamos en la piel de los protagonistas.
Speak No Evil es una cinta cruel, que ahonda en las tinieblas más perturbadoras del ser humano, con un desenlace crudo, excesivo para algunos, y que constantemente transmite una desasosegante sensación de que algo malo va a suceder o de que en cualquier momento vamos a asistir a una terrible revelación.
Como ejercicio de tensión, desde luego, tiene un aprobado alto, y posiblemente nos tenga pensando en ella durante un tiempo, pero quizá sus excesos y sus claroscuros dentro de lo que quiere contar, genera demasiado debate entre si es necesario contar así las cosas, o de otra forma. A veces un puñetazo en el estómago puede no ser la mejor manera.
Los anteriores trabajos de Tafdrup tampoco tuvieron estreno en salas españolas, pero gracias al ‘remake’ americano de Speak No Evil, Tafdrup parece haber puesto un pie en Hollywood (ya prepara su primera película allí), y quien sabe si en algún momento podamos ver alguna de sus anteriores obras en algún que otro circuito de salas.
La película se pudo ver hace dos años en el Festival de Sitges, generando bastante polarización. En España no está editada en formato físico, pero puede verse a través de la plataforma de amazon.