La carrera de Scott Beck y Bryan Woods ha ido prácticamente junta desde hace unos años. Ambos han escrito los guiones de las dos entregas de Un lugar tranquilo, o de la cinta La casa del terror (Haunt) (2019), que también dirigieron, por poner algunos ejemplos. Beck y Woods, Woods y Beck se encargan de escribir y dirigir esta cinta de aventuras con algo de acción, pero que sin duda sólo busca entretenimiento.
A pesar de las veces que el estreno de 65 se ha pospuesto (daba la sensación de que Sony no confiaba mucho en ella), la película ha logrado estrenarse. Con un presupuesto de algo más de cuarenta millones, y con toda la enorme parafernalia de efectos especiales, lo cierto es que 65 se queda en un producto muy entretenido… pero nada más. Tampoco parecen importarle mucho sus aspiraciones y quizá sea eso lo que también la hace convertirse en un producto meramente funcional para el público que espera, simplemente, evadirse durante 90 minutos.
Sin duda el peso de toda la película, a nivel interpretativo, recae sobre Adam Driver. Ya fuera de la saga de Star Wars, Driver ha demostrado que su talento como intérprete va más allá del descafeinado Kylo Ren. Aquí, en un papel bastante sencillo, cumple sobradamente con lo que se le exige. Eso sí, no esperemos ver una interpretación prodigiosa, ya que su personaje tiene escasos diálogos y es más un rol físico que dramático. No cabe duda que su experiencia como Marine le ha permitido enfrentarse al papel con poca dificultad.
Le acompaña la joven actriz Ariana Greenblatt, a quien veremos en Barbie (Greta Gerwig, 2023) y cuyo rostro ha aparecido en títulos tan diversos como Vengadores: Infinity War (Anthony Russo y Joe Russo, 2018), El magnífico Iván (Thea Sharrock, 2020), De amor y monstruos (Brian Duffield, 2020) o Disomnia (Mark Raso, 2021).
A pesar de los esfuerzos porque dentro de la historia haya una cierta subtrama dramática, que es la que mueve al personaje de Driver, no termina de convencernos y todo queda eclipsado por la contada acción y el aspecto visual de la película. Como excusa o fin, evidentemente es necesario para que la trama tenga cierta coherencia, pero nada más. No aporta prácticamente nada interesante.
65 se apoya en valores muy básicos, con los que Beck y Woods se sienten cómodos en sus guiones, como son la familia, la unión o el afán de superación. Todo muy ligero, muy preparado para llegar al entretenimiento y, por supuesto que lo consigue, no hay mucho más donde rascar. A nivel técnico, los efectos visuales cumplen.