La traslación al cine del clásico de Tim Burton, es un soplo de aire fresco a su trayectoria.
Hace años, cuando fuimos a ver al cine Pesadilla Antes de Navidad (1993) (todavía recuerdo la sesión en los cines Palafox de Madrid), muchos tuvimos la oportunidad de ver dos cortometrajes que Tim Burton ha paseado por todo el mundo, Vincent y Frankenweenie (hecho allá por los ochenta). He de reconocer que el segundo me resultó más interesante que el primero.
Años después, el cineasta ha decidido explotar la historia y alargarla (con detalles interesantes, nada de relleno) para convertirla en la película que comentamos. Una versión tamizada (y suavizada) del clásico de Mary Shelley pero con perro y niño de por medio. Un nuevo canto a la amistad entre perro y dueño pero llevado a un curioso (y macabro) punto de vista.
Partiendo de la base de que la historia, ya contada en sus escasos minutos, era bastante amena y entretenida, su extendida versión hecha largometraje tampoco deja aburrido al personal. Lo más interesante de ésta, dejando a un lado su nivel técnico, por supuesto, es que los detalles añadidos a la historia acompañan a la trama y la ayudan a desarrollarse.
Si que es cierto que los que ya conocemos su origen, poco podremos descubrir de nuevo en esta película, sobre todo porque no se cuenta mucho más nuevo. Quizá uno de sus principales atractivos sea su técnica. Burton ha recurrido al “stop motion” (ayudado por técnicas mucho más modernas) una vez más, para contarnos esta entrañable historia. El resultado a nivel visual es muy bueno, aunque eso ya no nos sorprenda mucho a estas alturas.
Frankenweenie es un pequeño vistazo al pasado del cineasta, un regreso a sus orígenes, algo que se agradece después de sus últimos estrenos que no han sido, precisamente, muy taquilleros. Haciendo, cómo sólo él sabe, apología de ese cine de terror tan clásico y a la vez mezclado con elementos tan personales, la película transcurre, airosa, por los senderos del tedio.
Burton no se ha crecido en exceso con la película, se ha mantenido en su particular universo y hasta nos ha regalado con Frankenweenie una guinda espectacular. La película nos traslada hasta los primeros años del director, con ese regusto por un cine más sencillo y la vez tan cautivador.