Objetivo: La Casa Blanca (Antoine Fuqua, 2013) fue toda una sorpresa para los amantes del cine de acción. La película combinaba buenas escenas, con un interesante reparto y una trama que, al menos, enganchaba y no quedaba todo sólo como un ejercicio de demostración técnica (aunque bien es cierto que la película no daba para mucho más de lo que se vió). Una de sus principales bazas era que aportaba un toque de entretenimiento, y eso le daba un pequeño “plus”.
Fuqua ya dejó la dirección con la menos interesante secuela (Objetivo: Londres (Babak Najafi, 2016)), en donde se dió paso a un discurso más panfletario que otra cosa y como resultado, la película flojeaba intentando repetir fórmulas en base a cargarse un poco el personaje de Gerard Butler, dotándole de excesivo patriotismo.
Ahora le toca el turno al prácticamente desconocido Ric Roman Waugh, a quien hemos visto tras las cámaras en numerosos thrillers de poca repercusión. Podemos ver a través de Netflix su anterior trabajo a ésta que nos ocupa, Maestro del crimen (2017), protagonizada por el actor Nicolaj Coster-Waldau (Juego de Tronos). Su poca pericia en el género de la acción deja entrever algunas costuras en Objetivo: Washington D.C. en donde la acción parece querer pasar a un segundo plano y dejar más protagonismo al thriller.
Pero el problema es que todo pasa con demasiada facilidad, casi con premura. La película no destaca precisamente por guardar sorpresas o por tener giros inesperados de guión, que tampoco es que lo esperemos, pero en un thriller, al menos tiene que haber ciertos elementos “escondidos” para que el espectador pueda hilar poco a poco las pequeñas tramas que se presentan. No, Objetivo: Washington D.C. no tiene.
La película resulta entretenida, no se llega a hacer demasiado pesada y se salvan un par de secuencias de acción. No hay mucho más que añadir a un producto destinado principalmente a satisfacer a los seguidores de una saga que amenaza con serie de televisión.
Ahora, el personaje de Banning (a quien vuelve a poner cara Gerard Butler) debe enfrentarse a los suyos para demostrar ya no sólo su capacidad de supervivencia, sino su inocencia. Para ello recurrirá a quien nunca le falla, a su familia. Entra en escena el personaje de Nick Nolte, que interpreta a su padre, un antiguo soldado recluido en el bosque y aislado de su familia.
Cine de consumo rápido, sin demasiados excesos aunque se nota la poca experiencia de su director. Si se agradece el pequeño paso en la evolución del protagonista y por supuesto la presencia de Morgan Freeman. Pero por lo demás, la película no aporta demasiado a la saga y ya sería recomendable no continuarla. El resto de secundarios, apoyan lo necesario a Butler, sin destacar demasiado.