El cine de animación de Hollywood por antonomasia, el de Disney y Pixar (por muchos que algunos se nieguen a esa evidencia) lleva años sumido en una transformación hacia un/unas cine/historias más próximas a una época de transición que a la propia esencia de la edad infantil. Es un cine que se ha vuelto menos “para niños” y quizá más para hacer pensar a todos. Esto es algo que lleva ya años, en marcha.
Su última producción, Red (Domee Shi, 2022) demuestra un cine algo más maduro y que, a pesar de tener ciertos puntos enfocados a un público infantil, en el fondo navega por edades algo más elevadas.
Red, supone la tercera película de la dupla Disney-Pixar que no se estrena en cines, y que junto a Soul (Pete Docter y Kemp Powers, 2020) y a Luca (Enrico Casarosa, 2021) formaban una ristra de películas que bien podrían haber hecho una más que notable taquilla. Pero ya es sabida la política del ratón, la de enfocarse más en su plataforma y dejar, poco a poco, los estrenos en sala. Una lástima para los que adoran la ceremonia de sentarse en una butaca, y sobre todo una lástima porque el cine, en el fondo, no es únicamente consumir una obra en el salón de nuestras casas.
Pero centrándonos en Red, a grandes rasgos, este más que aceptable entretenimiento nos habla de ese período de transición hacia la adolescencia, hacia los cambios. No es la primera vez que Disney toca esta época, si echamos la vista atrás, incluso con la olvidada Goofy e hijo (Kevin Lima, 1995) ya se palpaba un poco la idea de dejar atrás eso de ser el niño y pasar a ser el adolescente. Aunque con un tono más cómico que otra cosa, la cinta de Lima, planteaba situaciones y lugares comunes durante la infancia en una edad más adulta, y el choque del mismo momento en distintas edades, era lo que generaba la comedia. Bueno, eso y la locura innata de un personaje como Goofy.
Red va más allá y dota al personaje principal, de situaciones bastante más complejas para una niña (ojo con esto, importante), de temas algo más transcendentales en su vida (menstruación, amistad, amor, popularidad, rebeldía…) y lo hace sin olvidar su habitual pátina de comedia, como no. Porque con risas, las cosas se quedan mucho mejor.
Si que quizá es una película a la que le falte un algo, un punto más para erigirse como una cinta que sobresalga, pero tampoco resulta una obra menor, sobre todo por su atrevimiento, su riesgo y, también por que no, por su técnica.
Si seguimos echando un vistazo a la forma en la que Disney-Pixar ha tocado esta época de transición, nos topamos con Pete Docter y Domee Shi, un tándem que ha trabajado en varias producciones como Del revés (Inside Out) (Pete Docter y Ronnie Del Carmen, 2015), Los increíbles 2 (Brad Bird, 2018) o el fantástico cortometraje Bao (Domee Shi, 2018) que hizo a Shi ganar un Oscar. En Red, ambos vuelven a coincidir, realizando un trabajo notable, interesante, muy entretenido y que nos recuerda que todos hemos pasado por esa época.
Red no se libra de clichés, porque para los más pequeños, siempre es una forma muy sencilla de ver las cosas. Aquí no falta la madre protectora, el grupo musical de ‘guaperas’, el grupo de amigas, el ‘malote’ del instituto… Unos elementos que ayudan muy bien a contarnos ese viaje del personaje de Meilin. Un viaje que, aquí, se construye en forma de oso panda rojo y que también aporta el humor cuando es necesario, porque es necesario… siempre.
Iba a estrenarse en salas, pero la pandemia y la nueva línea que está siguiendo Disney con sus estrenos en salas ha hecho que como pasó con Soul y Luca, la película se estrene directamente en su plataforma.
Sólo a través de Disney+.
