Prácticamente unido ya de por vida al personaje que le dio fama mundial, Mr. Bean (1990), el británico Rowan Atkinson regresa a la comedia (en realidad nunca pareció marcharse) televisiva con una serie que parte de una premisa muy sencilla y que su principal… dificultad, reside en desarrollar multitud de situaciones durante sus nueve episodios de poco más de veinte minutos cada uno. La temporada se ve en un suspiro, de hecho, bien se podría haber hecho un largometraje igualmente.
El hombre contra la abeja nos cuenta la historia de Trevor, un hombre divorciado que intenta ganarse la vida como puede y a la vez el cariño y afecto de su hija, a la que ve poco. Para poder irse de vacaciones con ella, necesita un trabajo y lo consigue gracias a una empresa de cuidado de casas de lujo. Pero Trevor se enfrenta a un inquilino inesperado, una abeja que le hará la vida imposible.
A pesar de que la miniserie se aleja por completo de la idea de Mr. Bean, sigue manteniendo de alguna forma un poco el espíritu de aquella, gracias ya no sólo a la presencia del propio Atkinson, sino por una serie de elementos que la confeccionan. Hay poco diálogo (más que en Mr. Bean, que tampoco es que fuera muy difícil), muchas de las situaciones cómicas se deben a la torpeza y/o despiste del personaje de Trevor e inevitablemente algunas nos recuerdan un poco a ella.
Aún así, es una miniserie muy divertida. Para nada es un “Mr. Bean con una abeja”, como se puede llegar a pensar, y además se ha tenido en cuenta un poco la historia del propio protagonista, sus motivaciones, así como se ha establecido un vínculo entre el personaje y la abeja del título. Aquí al menos hacen que nos interese y que empaticemos con él.
El peso de todo, evidentemente, es para la comedia. Cada episodio prácticamente propone unos dos o tres “sketches” cómicos en donde Atkinson hace frente a su némesis alado, y en alguno se trata de mantener el interés dejando finales un poco en suspenso, por ejemplo.
No se hace pesada, es un humor muy blanco, y también un poco crítico con las élites, pero la principal idea que tiene es entretener y, vaya si lo consigue.
En esta aventura, acompaña a Atkinson, Will Davies, guionista bastante conocido en Hollywood y que ha trabajado con el británico en la saga Johnny English, y también trabajó en diversas comedias de los noventa como Los gemelos golpean dos veces (Ivan Reitman, 1988) o ¡Alto! O mi madre dispara (Roger Spottiswoode, 1992). Entre sus últimos trabajos, el libreto de Cómo entrenar a tu dragón (Dean DeBlois, Chris Sanders, 2010). Entre ambos crean este especie de ‘tom y jerry’ que sin duda, resulta bastante simpático.