5Segunda colaboración entre David Ayer (director, guionista y productor) y la estrella de acción Jason Statham, tras Beekeeper: El protector (2024). Una colaboración que además cuenta con Sylvester Stallone tanto en la producción como en el guión, que adapta la novela de Chuck Dixon (guionista también de cómics de DC o Marvel).
A pesar de que Statham ya está más que consolidado como héroe de acción, su hueco en Hollywood de momento sigue ocupado (por él mismo) y aunque con menos frecuencia de la que les gustaría a sus fans, suele dejarse ver cada año. Y su fórmula parece que no falla, puesto que su personaje en esta cinta no es que destaque precisamente por ser una novedad.

Y es que A Working Man podría seguir la misma fórmula que, por ejemplo, la saga Venganza con Liam Neeson, donde un tipo con habilidades especiales se dedica a ponérselo difícil a las mafias de trata de personas. Aquí el británico construye un personaje cuya finalidad está sobre todo basada en la redención y en el pasado. No falta la hija a la que apenas no ve o el marine que fue su mentor y que necesita visitar de vez en cuando para que sepa que está vivo. Sí, es un pequeño conjunto de clichés, pero la película es totalmente consciente del tipo de producto que es y en ningún momento se esconde.
Un proyecto que Stallone pretendía convertir en serie pero que finalmente lo redujo a una película, y que además se hace bastante amena, como casi todas las de este tipo. No hay especialmente nada destacable, salvo las escenas de acción que siempre son efectivas con Statham de por medio y aquí, para variar, no dan lugar a muchas sorpresas.

Sobre el reparto, Ayer no sólo ha contado con su amigo Statham, sino también con Michael Peña, con quien ha trabajado en varias ocasiones y que aquí tiene un papel muy secundario.
Una película en la que, prácticamente, todo vale, no hay sorpresas, uno no espera cierta verosimilitud, sino que ver a un Jason Statham intocable, impartiendo justicia, algo que ya contenta a su legión de seguidores.
A Working Man es cine que se digiere rápido, ameno, entretenido y que parece más hecho para plataforma, donde no se piensan demasiado las cosas, que para grandes salas. La película sólo busca el entretenimiento más sencillo y, dentro de sus limitaciones, cumple.