Comedia

Cita a ciegas

Cita a ciegas

Blind date | 1987
7 de marzo de 2023
Walter, un hombre absorbido por su trabajo, decide aceptar una cita a ciegas para quedar bien delante de su jefe y firmar un importante negocio. El problema es que su cita, Nadia, no puede beber alcohol porque se convierte en una joven impulsiva y pierde el control.

Si uno echa la vista atrás a la filmografía de Blake Edwards (Tulsa, 1922) podría encontrar títulos ya considerados míticos dentro de la historia del cine. Si hay un género que destaque entre todos ellos, sin duda sería la comedia y si tiene toques románticos, mucho mejor. Desayuno con diamantes (1961), El guateque (1968) o Mis problemas con las mujeres (1983) son, simplemente tres películas de una larga lista, pero tres títulos que demuestran que Edwards tenía una habilidad innegable para hacernos reír.

A finales de los ochenta, principios de los noventa, dirige Cita a ciegas (1987) una comedia que presentaba al público a una joven promesa (aunque no estaba acreditada como primera película para él), un tal Bruce Willis.

A pesar de que el guion original de Dale Launer se había cambiado multitud de veces, la esencia del mismo permanecía en esta comedia sencilla pero efectiva. Edwards, por edad (tenía por aquel entonces 65 años) no estaba tan prolífico como en su etapa de los 60 y 70, por lo que sus películas empezaban a espaciarse más en el tiempo. Pero la esencia de su cine, seguía viva.

Cita a ciegas, como casi todas las comedias románticas de Edwards, vuelve a retratar las relaciones entre hombres y mujeres, y casi siempre con algún conflicto de por medio (asesinatos, alcohol, drogas, ex parejas…) El peso y la solidez, siempre recae en unos personajes que generan muy buen rollo y que logran conectar con el público, incluso personajes con algún punto turbio. En este caso Walter Davis, un Bruce Willis más que correcto y que a pesar de sus buenas dotes para la comedia, posteriormente tiró más por otro género. Aun así, nunca dejó de lado el proporcionar a todos sus personajes, ese aire cómico, canalla… que tan bien le ha funcionado siempre.

Bruce Willis y Kim Basinger.

La película es fresca, ágil, muy entretenida y con escenas hilarantes, enredos… La buena química que había entre los actores (al menos así se apreciaba desde fuera) hace que las escenas más alocadas funcionen de maravilla.

La película, al igual que el personaje de Willis, es una especie de montaña rusa emocional. Porque esta, es la historia de un hombre que, anclado en la rutina de su vida (su trabajo, al fin y al cabo), descubre que hay algo más ahí fuera. Podemos decir que Cita a ciegas es una película romántica prácticamente al uso, sin demasiado edulcorante, eso sí, pero efectiva y bastante previsible en líneas generales.

El peso principal lo llevan los tres protagonistas. Bruce Willis, como ese hombre atrapado en su rutina; Kim Basinger, una joven que parece desinhibirse sólo cuando bebe ¿cómo es Nadia realmente?; y John Larroquette el ex novio celoso que quiere que su “no pareja” sólo esté con él y con nadie más. Es un cóctel explosivo, pero muy bien mezclado, con buen rollo, escenas muy graciosas y un reparto muy en su sitio.

Durante la película hay varios guiños casi vigentes a día de hoy, sobre el papel de la mujer en la sociedad, sobre el machismo… cosas que, probablemente en su día fueron punteras y que, desgraciadamente a día de hoy tenemos que superar.

El año: 1987

Se acercaba el final de la década de los ochenta y el cine de acción volvía a adueñarse de la taquilla. Depredador (John McTiernan, 1987), Arma letal (Richard Donner, 1987) o Los intocables de Elliot Ness (Brian De Palma, 1987) fueron títulos que llegaron a estar entre las 10 más taquilleras del año. Nadie superó al ‘remake’ americano de Tres solteros y un biberón (Coline Serreau, 1985) que dirigió Leonard Nimoy, alcanzando el primer puesto en la taquilla de aquel año.

Cita a ciegas no tuvo una recaudación excesiva, quedándose muy cerca de los 40 millones de dólares a nivel mundial, casi todos conseguidos en la taquilla americana. Pero sirvió de catapulta para que Bruce Willis empezara una carrera que en un año le lanzaría a la fama mundial con Jungla de cristal (John McTiernan, 1988).

Fresca, entretenida, divertida, una montaña rusa emocional.
6

Dirección
Blake Edwards
Guion
Dale Launer
Dirección de fotografía
Harry Stradling Jr.
Música
Henry Mancini
Montaje
Robert Pergament
Formato
2.39:1
Nacionalidad
USA
Duración
95 minutos
Distribución
Sony Pictures
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