Pensábamos que la moda de las cintas apocalípticas/distópicas había tocado techo hace unos años, pero este subgénero parece haber tomado otro rumbo y ahora priman más las historias con personajes que el puro espectáculo. Netflix tiene en su catálogo un buen puñado de títulos ambientados en épocas funestas para la humanidad, o próximas a ellas, y con Disomnia (Mark Raso, 2021) lo amplia, pero sin alcanzar demasiado una calidad cinematográfica, al menos, destacable.
La cinta está dirigida por Mark Raso, del que es su tercera película tras labrarse una carrera holgada en el mundo del corto. Es la segunda vez que Raso se alía con la plataforma digital para estrenar un largometraje suyo, lo hizo hace cuatro años con Kodachrome (2017), protagonizada por Ed Harris, Jason Sudeikis y Elizabeth Olsen. En aquella ocasión contaba con un elenco de secundarios que apoyaban su propuesta, más próxima al drama y la nostalgia que a la ciencia ficción, como es esta Disomnia.
La premisa de la cinta, idea de Gregory Poirier (guionista de El sonido del trueno (Peter Hyams, 2005) o La búsqueda: El diario secreto (Jon Turtletaub, 2007)) resulta atractiva, pero el desarrollo no busca realmente nada nuevo, y todo rezuma cierto aire casi de producto para la sobremesa. No esperemos una película espectacular, porque no lo es, y tampoco es una cinta de acción. Intenta aproximarse al drama familiar, pero lo forzado de muchas situaciones (algunas incluso absurdas) y el escaso carisma de los personajes, nos sacan casi constantemente de la historia.
A esto hay que añadirle que su pulso narrativo es bastante desigual, con tramos más intensos, pero en donde se toma la cosa con calma, hasta puede hacerse aburrida. Raso, a pesar de tener experiencia en la dirección e incluso de atreverse con algunas pequeñas virguerías a nivel visual, no deja de ser un director bastante inexperto y esto se nota. Igualmente, otro de los problemas es su guion, en donde la mezcla de muchas cosas al final termina por dejar de lado otras tantas con más interés. Eso sin contar lo apresurado de un final que no parece llegar y cuando lo hace, resulta absolutamente flojo.
Para esta ocasión, Raso no ha tenido la oportunidad (ignoramos si por exigencias propias o no) de contar con un reparto de peso, como si lo fue en su anterior trabajo. Aquí la protagonista absoluta es la actriz Gina Rodriguez, a quien hemos visto en Aniquilación (Alex Garland, 2018) o Miss Bala (Catherine Hardwicke, 2019). También la hemos hemos escuchado en unas cuantas series de animación como Carmen Sandiego (2019) o la serie de Disney, Elena de Ávalor (2018). Rodriguez no destaca demasiado en la cinta, pero al menos sostiene bien el personaje. Tampoco tiene demasiada exigencia y cumple correctamente con su cometido, aportando fragilidad y drama en los momentos necesarios.
Disomnia es una película decepcionante, en donde todo está demasiado pensado, los personajes nos resultan bastante indiferentes y con un desarrollo más próximo a una miniserie podríamos haber obtenido un resultado mucho más interesante.
Su pobre guion y unos personajes tan sumamente planos no ayudan en absoluto levantarla cuando, hasta se hace un poco larga.
La película no tiene un reparto con caras excesivamente reconocibles, salvo los secundarios. A pesar de tener a Gina Rodriguez como principal reclamo en cuanto a intérpretes se refiere, no es un nombre que logre llenar salas.
Al ser un título exclusivo de Netflix, sólo es posible verla en esa plataforma.
