Primera colaboración entre Gavin O’Connor y Ben Affleck, que se extendería cuatro años después al drama The Way Back (2020). Aunque los personajes de ambas películas comparten cosas en común, como un oscuro pasado y ciertas “habilidades” (uno para los números y otro para sacar lo mejor de la gente), hay muchísimas diferencias entre ambos títulos y una comparación resulta, cuanto menos, poco útil y acertada.
Las historias que O’Connor lleva a la pantalla, suelen tener siempre a personajes fuertes, con carácter, pero todos ellos con alguna debilidad que los convierte en vulnerables (y es esa vulnerabilidad la que los acerca a la realidad y, por ende, al público), al margen de sus capacidades para otras tareas. Pero al mismo tiempo, gusta de sacar a relucir esas debilidades a través de sus pasados, algo que se agradece porque profundiza en ellos de forma muy seria y veraz.
Aquí, al margen de que El contable es un thriller de acción, tenemos a un personaje mermado por su condición mental, muy capacitado para las matemáticas y con amplias habilidades en el uso de armas de fuego. Es una combinación poco usual, pero letal en muchos aspectos. Es un hombre que no conoce prácticamente el amor, el humor… pocas veces sonríe.
Affleck refleja con bastante acierto a un hombre doblegado, instruido y construido, a un hombre con muy poca libertad. Está muy correcto en su rol, lo que apunta a que Affleck poco a poco va evolucionando en su faceta dramática, dotando a sus personajes de credibilidad, aunque todavía le queda camino por recorrer.
El esfuerzo del protagonista de El indomable Will Hunting (Gus Van Sant, 1997) está además bien apoyado por unos secundarios que le aportan más interés tanto a su historia pasada como a su desarrollo dentro de la trama (no olvidemos que la película está prácticamente al servicio de Affleck). J.K. Simmons, Anna Kendrick, Jon Bernthal o John Lithgow soportan muchas de las partes de la historia con credibilidad, dando a grandes rasgos, unos personajes interesantes, que no parecen «de relleno».
En su conjunto, El contable es una película entretenida, bien hecha, con buenos actores y una buena historia. Quizá el guión no sea demasiado redondo, ya que hay algunos pasajes un poco metidos “con calzador” y pueden hacernos ver que las cosas están demasiado pensadas. Pero es un lastre que, quizá se perdone, cuando estamos ante una cinta de este tipo.