Segunda obra como director del también actor y guionista Ben Affleck, que allá por el 98 se llevó junto a su amigo Matt Damon, el Oscar por el Mejor Guión Original gracias a El indomable Will Hunting (Gus Van Sant, 1997), película que además de servirle como carta de presentación, dejó claro que este joven de Berkeley tenía mucho que contar. Y así ha sido, desde entonces ha participado en un montón de títulos y ha tocado todos los géneros, dando el gran salto a la dirección en el 2007 con el drama Adiós pequeña, adiós.
Ben Affleck es quizá un hombre de retos. Así lo ha demostrado durante su filmografía, protagonizando cada vez desafíos (cinematográficos) un poco más complejos en cada paso que daba en su profesión. Uno de ellos, sería este The Town. Ciudad de ladrones, primera oportunidad para ver a un Affleck metido en doble faena, dirección e interpretación. A pesar de su buen intento, esta cinta no alcanza las cotas importantes que Adiós pequeña, adiós alcanzó y no es precisamente por su presencia en pantalla, sino más bien por el tema que ha escogido para contar su historia.
Siendo sinceros, estamos ante una obra mucho más convencional y típica. Al margen de los interesantes giros que su historia da a lo largo del metraje, The Town. Ciudad de ladrones deja finalmente con buen sabor de boca, pero con esa extraña sensación de que algunos aspectos no han sido tan bien cuidados como deberían, y un guión responsable quizá, de algunos de estos tropiezos. Por lo demás, Affleck deja con solvencia una impronta muy interesante en una cinta ligera, ágil por momentos y con un tono general bastante entretenido.
Deudora, seguramente, de mucho cine que se ha comido el propio Affleck (la magna Heat (Michael Mann, 1995), por poner un ejemplo), The Town. Ciudad de ladrones es un retrato de cuatro jóvenes dedicados al robo de bancos, según parece una de las salidas más comunes en los chicos que se crían en el barrio de Charlestown, Boston.
Una vez vista, lo que más llama la atención de ella es su solvente y sólido reparto. Nadie titubea a pesar de que no esté realizando precisamente una de sus mejores interpretaciones. Affleck está correcto, al igual que el resto de sus compañeros de golpes, incluido un Jeremy Renner que, intuyo, estará bastante mejor en su versión original. Lo mismo sucede con el televisivo John Hamm (visto en la serie Mad Men) uno de los papeles más intensos de toda la historia. Un hombre obsesionado con dar caza a su presa y que no se detiene ante nada. La pequeña aparición de Chris Cooper (casi parece un cameo) es quizá un punto a favor. Mención especial merece el propio escenario, la ciudad de Boston, muy presente en la vida del actor y que aquí observa impune cómo se va degradando y como es víctima de una sociedad tan manchada como falta de aspiraciones.
Pero hay cosas que no quedan muy bien en The Town. Ciudad de ladrones si nos atenemos a la seriedad con la que todos se toman la historia. Los personajes intentan meterse al público en el bolsillo, intentan importarnos y lo cierto es que algunos lo hacen, nos interesa lo que les sucede, otros en cambio carecen de importancia por mucho que nos intente hacer ver lo contrario. Por otro lado el guión parece avanzar torpemente en algunas partes de la película, insertando pequeñas historias que despiertan indiferencia entre el personal, tratando de dar de forma visible, cierta profundidad a los personajes. Se atisba la buena intención pero desgraciadamente Affleck no es un actor para grandes discursos y éstas pequeñas piezas (insisto, no son muchas y no desgracian el conjunto) ensombrecen momentos que podrían haber sido mucho más interesantes.
Técnicamente, The Town. Ciudad de ladrones pasa una criba de mínimos. Está claro que el director no ha escatimado mucho en las escenas de acción. Hay pocas y gratamente están bastante bien rodadas. Uno no se despista y puede seguirlas correctamente. Al igual sucede con la trama, salvo los momentos puntuales anteriormente mencionados, se sigue con fluidez e interés.
Affleck regresa a su querido Boston, ciudad con la que tiene mucha relación (se crió en Cambridge, a unos pocos kilómetros) y que también aparecía en su opera prima como director. The Town. Ciudad de ladrones es cine entretenido y a pesar de sus pequeñas pegas al menos es de agradecer que este joven actor se lance de esa forma a la piscina. No es una cinta sobre ladrones de bancos y quizá tampoco lo sea sobre un hombre perseguido por la ley. Es la historia de un hombre que intenta buscar la redención.