Las casas encantadas siempre han sido un buen recurso para darle miedo al personal. Troy Nixey lo sabe y juega sus cartas con habilidad en No tengas miedo a la oscuridad.
Bajo el ala de Guillermo Del Toro, productor y guionista de la película, Nixey enfatiza con fantasía y con una realización hasta clásica, el miedo en esta cinta donde la jugada fácil es la que se pone siempre como pretexto para hacerle sentirse incómodo al público.
La oscuridad, ese momento en el que la luz se va, entra el silencio y todo se vuelve tremendamente débil e inútil. Un elemento casi obligado para el género de terror, y un elemento que un realizador casi novato como es Troy Nixey, ha utilizado para expandir una historia llevada a la pantalla en más de una ocasión, eso sí, casi siempre en formato de telefilme.
No tengas miedo a la oscuridad, aunque nos llega con cierto retraso (el primer pase en un festival fue en Noviembre del pasado 2010), no llenará precisamente huecos vacíos en las salas. Seguramente el nombre de Guillermo Del Toro le abra puertas a una película que, en ocasiones, no engancha lo suficiente, a pesar de contar con elementos a su favor.
Que el director haya querido recurrir a clichés y a tópicos no debería resultar quizá un impedimento para los que disfrutan con este tipo de historias, al fin y al cabo es un subgénero que rara vez crea novedad o sorprende. Nixey también lo sabe por lo que ha de apoyarse en otros elementos y lo hace creando una interesante atmósfera en donde se fusiona terror con fantasía (gracias a unos correctos efectos especiales).
Jugando con un reparto ciertamente inestable (Guy Pearce es bueno, pero aquí alguien parece haberle comentado que no actúe), no son precisamente los actores lo que ayudan a que No tengas miedo a la oscuridad genere interés. Ni siquiera los esfuerzos de la pequeña Bailee Madison consiguen demostrar que no todo está perdido. La pequeña se esfuerza y su trabajo le cuesta, pero si partimos de una base algo floja, no es posible construir algo realmente sólido.
Para disimular sus defectos, la historia se torna en algunos aspectos, algo dramática, dando especial protagonismo a la relación de la pequeña con su nueva madre o a la no aceptación de la situación de su padre junto a ella. El guión, que como hemos dicho, corre a cargo de Del Toro, deambula entre la fábula fantástica y el drama infantil, dos elementos que también puso en la pantalla en, por ejemplo, El laberinto del Fauno (2006), cinta que sin tener mucho que ver con la que comentamos, guarda algunos elementos en común.
A Del Toro le encanta jugar con los silencios, con los ambientes, con la música… los niños y estos elementos son siempre un plato que gusta prácticamente a casi todos. Nixey ha apostado sobre seguro, y ha construido una cinta que aunque no destaca en exceso, al menos tiene secuencias ciertamente memorables (eso sí, las contamos con los dedos de una mano).
No tengas miedo a la oscuridad no viene para re-descubrir el género, puesto que no aporta realmente nada nuevo, pero si al menos contentará a aquellos que esperan cine que, sin enseñar mucho, les hace revolverse un poco en sus butacas.
