En el año 2014, Scott Cawthon (Houston, 1978) lanza el primer juego de Five Nights at Freddy’s cuya historia, básicamente es la que se cuenta en su adaptación al cine, dirigida por Emma Tammi, que tiene en su haber sólo un largometraje en cines, El viento (2018), al margen de sus trabajos en televisión.
A simple vista, la historia de Five Nights at Freddy’s podría llevarnos a pensar que estamos ante una versión con algo más de presupuesto de aquella Willy’s Wonderland (Kevin Lewis, 2021), aquella cinta con un mudo Nicolas Cage enfrentado a atracciones animatrónicas. Pero no, la película de Tammi quiere ir algo más allá y se nota, se ha tomado la molestia de no querer ser un típico producto de terror.
De hecho, lo que es terror, terror, la cinta no da demasiadas dosis. En este aspecto no hay mucha sangre (la hay, pero comedida) y juega más en el terreno del suspense que otra cosa.
Pero donde realmente se nota cierta intención en la película es en sus personajes. El guion, escrito por el propio Cawthon, junto a Tammi y a un desconocido Seth Cuddeback, trata de ahondar en los personajes, de darles un trasfondo, una motivación (esto ya es todo un logro en una cinta de la Blumhouse). Tanto el protagonista como los secundarios tienen algo que contar, algo que aportar (algunos más que otros, también hay que decirlo). No podemos decir, o no sería justo afirmar, que Five Nights at Freddy’s es una cinta de terror vacío, porque no sería cierto.
La película no abusa de muchos clichés del género, aunque sí se beneficia de ellos, sobre todo para crear ese halo de cinta de terror ‘light’ muy de los 80 y 90. Evita los sobresaltos, aunque no puede hacer lo mismo con el tema sonoro.
Five Nights at Freddy’s, aunque no lo parezca, es una película que habla de muchas cosas, no son sólo animatrónicos atacando al personal. Es una película que habla de las obsesiones, de la responsabilidad y sobre todo es una historia que ahonda en los traumas. Muchos de sus personajes tienen traumas que los empujan a hacer lo que hacen. Igualmente, la historia juega con los sueños como fuente de recuerdos.
Para dar vida a los personajes, tenemos a Josh Hutcherson como actor principal. El que fuera co-protagonista junto a Jennifer Lawrence de la saga de Los juegos del hambre, no parece haber tenido muchas oportunidades después de aquel atracón de éxito. Parece que Five Nights at Freddy’s es una reivindicación de que Hutcherson todavía tiene mucho que decir.
Volviendo a la película, a su producción, su guion quizá sea una de las pegas más notables que tiene. Su historia está bien, los personajes están bien (tampoco son para tirar cohetes, pero bueno), pero el resto, no resulta un producto que aporte demasiadas sorpresas al panorama actual. Podríamos aprobarlo, pero con un raspado.
Y no podemos olvidarnos de su parte técnica. La mayor parte (sino toda) de sus efectos especiales están hechos a la vieja usanza, y eso es un punto a su favor.
Five Nights at Freddy’s, teniendo como base un videojuego, indaga en los personajes, le da profundidad e historia y eso se agradece. No esperemos encontrarnos una cinta de terror del montón, porque tampoco lo es y no pretende serlo. Pero es cierto que, a día de hoy, todo resulta demasiado conocido.