Película basada (libremente) en la novela gráfica Ciudad, escrita por Ande Parks (y producida por los hermanos Russo) y que, en su día, fue el resultado de un proyecto que no pudo verse trasladado al cine. Ahora, con más peso en Hollywood, los dos hermanos responsables de las cintas del universo MARVEL Capitán América: El soldado de invierno (2014) o Vengadores: Infinity War (2018), se lanzan a la producción y dejan la dirección a Sam Hargrave, especialista y coreógrafo de luchas. Es su primer largometraje cómo director.
No es difícil pensar que la saga de películas de John Wick, se ha convertido en un nuevo referente en el cine de acción. Peleas espectaculares, escenas de acción con mucha pirotecnia y un héroe de pocas palabras con pasado turbulento, son las señas de identidad que ha reinventado el cine de acción. Si Keanu Reeves ha dado rostro al personaje que lleva ya tres títulos, ahora le toca el turno a Chris Hemsworth, el australiano que ya ha trabajado con los hermanos Russo interpretando al dios del trueno Thor.
Tyler Rake es una película de acción que no busca mucho más. Hay espectáculo, hay disparos, hay todo lo que un ávido fan de este tipo de productos busca. La cinta se sustenta en varias “set pieces” en donde se pone toda la carne en el asador y vemos a un Hemsworth entregado con el personaje. Una película en la que lo espectacular prima por encima de todo, en donde no se busca mucho más.
Hargrave factura una cinta auténtica, llena de muertos, peleas espectaculares, secuencias imposibles (¡ojo al falso plano secuencia de la persecución en el coche)… todo ello con el apabullante sonido que acompaña a este tipo de películas. Tyler Rake es un disfrute de principio a fin, si entramos en su juego o si somos el público que consume este tipo de género.
Evidentemente no es una cinta que plantea muchos dilemas, no es un drama aunque el personaje protagonista parezca vivir uno internamente, y no hay un interés por la ética y moral de sus personajes. En la película queda absolutamente claro que todo vale.
No se le puede reprochar nada, es una película totalmente honesta que no engaña y que busca lo que busca. Si se intenta ver en ella algún intento de renovar el género, uno puede ir olvidándose no es su intención y lo sabe.
A pesar de que detrás hay unos productores de renombre en la industria, la película se produjo, desde un primer momento, para la plataforma.
Sólo a través de Netflix.