Ni es la primera ni será la última película de Hollywood que tenga la pandemia del COVID como telón de fondo. Es un acontecimiento lo suficientemente jugoso como para dejarlo pasar y no ambientar un sinfín de historias en él. Inmune (Adam Mason, 2020 es la primera que nos llega y nada más y nada menos que bajo la producción de la Platinum Dunes de Michael Bay.
La película intenta ser un pequeño compendio de varias historias, a cada cual un poco más delirante, pero ambas con el punto en común de la necesidad humana de sentirse o bien amado, o bien querido, o bien la simple necesidad de tener a alguien a tu lado. Ese espíritu trata de ser un protagonista más, pero al final la poca y/o escasa profundidad que tienen los personajes hace que realmente no mostremos demasiado interés por ellos.
Toda esa especie de subtrama sobre los permisos falsificados para salir del país que intenta generar algo de suspense, queda diluido por la ausencia de alguna escena que muestre a los personajes en apuros. Todo están tan medido que a veces vemos la película por inercia.
La jugada podría haber sido un poco más certera si en vez de contar varias historias, Mason se hubiera centrado en una sola y hubiera utilizado personajes menos estereotipados, con algo más de credibilidad, y en general, mas creíbles.
Dentro de su coral reparto, tampoco podemos destacar demasiado a rostros como Bradley Whitford, Peter Stormare (raro, pero sí) o Paul Walter Hauser (que estaba espléndido en Richard Jewell (Clint Eastwood, 2019) consiguen que podamos encontrar cierto interés en la película. Tampoco el hecho de que aparezca Demi Moore o la estrella de la serie de Disney Los descendientes, Sofia Carson, es un aliciente para abordar la película con otra perspectiva.
Inmune, utiliza la pandemia como excusa, realmente, no es una cinta que hable desde un punto de vista nuevo, o nos cuente una historia que no hayamos visto en otra película, sino que lo que cuenta es algo tan básico como una historieta romántica manida, artificial, sin emociones y que termina resultando bastante sosa.
A no ser por su producción, podríamos estar hablando de una cinta de sobremesa con algunas caras conocidas.