Desde que en 1995 Candela Peña fuera la elegida por la directora Icíar Bollaín para protagonizar la comedia Hola, ¿estás sola?, junto a la prácticamente retirada del cine Silke (dedicada actualmente a la moda), la han seguido otros títulos en donde la actriz catalana ha dejado muy claro su estilo interpretativo y su habilidad para aportar naturalidad y espontaneidad a los personajes que interpreta.
La boda de Rosa supone la cuarta colaboración entre actriz y directora, en una película fresca, con cierto regusto agridulce, pero retrato absoluto de esa franja de edad en la que uno o una, piensa que no ha disfrutado de la vida.
Como muchas de las obras de Bollaín, La boda de Rosa tiene esa doble cara de película amable, simpática y hasta cómica, y a la vez una cara algo más triste, más oscura si se puede aplicar ese calificativo. Una película que mantiene un buen equilibrio entre ese humor tan blanco y tan simpático (muy “made in Spain”, pero sin soeces), con una historia que bien podría identificar a más de un ciudadano de a pie.
La película gira en torno al personaje de Candela Peña (Rosa) muy bien interpretado, que representa a una persona con necesidad de libertad en su vida, y a la que está prácticamente atada por una familia que, en resumen, no cuentan con ella nada más que para vivir tranquilamente ellos mismos, encasquetándola cualquier «marrón» que les suponga.
Rosa toma una decisión, resetear su vida y hacerlo donde comenzó todo, en una pequeña tienda de ropa de Benicassim, que regentaba su madre y que su hermano quiere vender para ampliar su academia. A esto hemos de unir que la hermana de Rosa, a la que acaban de despedir, parece tener problemas con el alcohol y, que su padre se quiere ir a vivir con ella. Todo es un conjunto de situaciones que hacen que su personaje no pueda más y se vea en la necesidad de empezar una nueva vida, aunque ello suponga dejar el trabajo.
El reparto de la película no es tampoco flojo. Si bien Peña brilla por encima de todos, no hay que dejar pasar la oportunidad de ver a Ramón Barea, que está bien siempre; o a Nathalie Poza, actriz prácticamente todoterreno con una habilidad para el drama que vuelve a quedar demostrada; Sergi López, uno de los actores españoles más internacionales y que aporta ese personaje… cargante a quien más de una vez querríamos abofetear en pantalla; y cierra el elenco la joven Paula Usero, que refleja ese sueño adolescente de irse a vivir al extranjero.
La boda de Rosa es una película sencilla, que nos habla de la vida en general, de la necesidad que tenemos de tener libertad, de poder dirigirnos hacia donde queramos. Muy bien apoyada por un guión bien escrito, bien dirigido, bien interpretado… quizá algún pasaje se pueda hacer algo lento y parece que la película no avanza, pero en general es una cinta que merece una oportunidad. Puede que algunos la vean algo oportunista, pero