La mujer de negro recicla (y bastante bien) aquel cine casi olvidado en donde la historia, lejos de ser típica, reunía además una esmerada puesta en escena, todo ello aderezado con una esmerada dirección. La Hammer ha rescatado, y muy bien, esa esencia, antaño reclamo de un género hoy en día casi en declive.
Daniel Radcliffe seguramente lo tenga dificil para quitarse esa etiqueta de Harry Potter que, tras unos cuantos años, ha llevado mientras interpretaba al joven mago. La mujer de negro es quizá, su primera prueba de fuego para eludir aquel papel de éxito. El resultado es bastante satisfactorio, la verdad.
James Watkins, artífice de la espléndida (e inédita en España) Eden Lake (2008) se ha hecho cargo de la adaptación de la novela de Susan Hill, llevada en más de una ocasión a la pequeña pantalla. El salto cualitativo desde su anterior y primer trabajo, le ha llevado a Watkins a realizar una cinta muy correcta que bebe, sobre todo, del cine clásico de terror. A pesar de algunas alteraciones con respecto al texto original, la película es sólida y muy honesta. En La mujer de negro se combinan una serie de elementos muy bien mezclados. Todos ellos llevan al protagonista (un especialmente notable Daniel Radcliffe) hacia un destino que él mismo desconoce pero que, por otro lado, evidencian los elementos del género más clásico. En este aspecto, hasta el guión de La mujer de negro sobresale por encima de muchos productos de terror que hemos visto últimamente en pantalla.
La esmerada puesta en escena nos deja otro protagonista a tener en cuenta. La propia mansión Drablow ejerce como eje casi fundamental de una historia que se desarrolla prácticamente entre cuatro escenas, algunas (sobre todo la primera noche que Arthur pasa en la casa) de auténtico suspense que pueden poner a más de uno/una nervioso/a.
El realizador ha sabido manejar muy bien los tempos de la historia. Dosifica estupendamente cada uno de los momentos de tensión, apoyados (como dictan los cánones) por una tensa aunque sobria, banda sonora (obra de Marco Beltrami, experto en estas lides). Muy agradecido también es el trabajo que hay detrás, construyendo en general, una película muy digna.
En cuanto al trabajo interpretativo, todas las miradas quedan puestas en Daniel Radcliffe. El que es su primer trabajo después de la saga de Harry Potter, resulta cuanto menos interesante, aunque sólo sea para ver si ha sido capaz de hacerlo y realmente podemos decir que sí. Radcliffe apunta maneras y La mujer de negro podría ser el comienzo de una espléndida carrera fuera de la saga.
Es posible que nada nos sorprenda en La mujer de negro, pero es eso mismo lo que la convierte en algo casi en extinción a día de hoy, donde prima más el sacar sangre que el buen suspense, al menos en un género tan machacado como es el terror. Watkins ha sabido explotar muy bien todas las posibilidades de una historia que, como esta, puede acabar con más de uno comido por los nervios.