La violencia siempre ha estado, y por desgracia estará, presente en cualquier cultura, de algún modo u otro. Sus manifestaciones varían y siempre es condenada. El director James DeMonaco nos pone a prueba con este inteligente ejercicio que, desgraciadamente, no da lo que prometía, o al menos, no cumple con lo que uno esperaría.
La premisa original que DeMonaco plantea en The Purge: La noche de las bestias, da para una espléndida película, en donde se nos deje a merced de nuestro juicio, el valorar los actos del/los protagonista/s. Hubiera sido una muy buena lección y posiblemente la carrera de la película a nivel internacional habría crecido como la espuma. Pero desgraciadamente el director parece no haber sabido manejar su propio material.
Guionista de Asalto al distrito 13 (Jean-François Richet, 2005) con la que comparte cierta similitud en su planteamiento (además de protagonista), DeMonaco explora en unos primeros minutos y a través de un sólido guión, los pilares fundamentales de la película. La violencia, la fatídica noche, la incomprensión del ser humano (sus hijos) y sobre todo la moral de él y de su mujer, son elementos clave para comprender a cada uno de los personajes principales.
Pero en James hay una dualidad. Su profesión tiene éxito gracias a lo que él mismo repudia, y se convierte precisamente en eso que tanto odia. Plantea pues DeMonaco una cuestión sobre la propia ética del personaje de Hawke. Una ética que no se transmite prácticamente durante toda la película, quedando relegado todo a un simple thriller y dejando a un lado lo que podría ser más interesante.
La cinta entretiene, crea interés, en resumen, cumple como thriller al uso, pero no es lo se le pide a DeMonaco, no es precisamente lo que uno espera cuando se le ha vendido otra cosa. Uno llega a simpatizar con los personajes (evidentemente con los protagonistas) y con algún que otro intento de girar la historia, la película no termina de descarrilar totalmente. Si deja en el tintero algunas preguntas, pero seguramente no sean importantes para el desarrollo de la historia.
The Purge: La noche de las bestias es una cinta que cumple, sí, pero no sorprende. Quizá este sea el principal pego de una película que podría hacernos pensar, y que se limita únicamente a tratar de asustarnos con ese tono casi terrorífico en algunos pasajes, en donde intenta colocar al espectador al nivel de los personajes. DeMonaco sabe que con las cartas que tiene, esa tarea no es nada complicada.
Un solvente reparto asegura además a The Purge: La noche de las bestias, que sus personajes resulten creíbles, y que sus reacciones no sorprendan. Hemos de reconocerle el mérito a su realizador, que ha sabido elaborar un thriller simplón pero con algo de encanto.