Thriller

Ladrón

Ladrón

Thief | 1981
27 de agosto de 2020
Frank es un ladrón profesional de diamantes que antes de retirarse a vivir con la mujer a la que quiere, decide asociarse con un misterioso mafioso. Lo que parecía interesante pronto le empezará a granjear problemas con la policía, que empieza a sospechar que trama un nuevo golpe.

Primer largometraje de Michael Mann, cuya trayectoria, a pesar de no estar formada por una larga lista de títulos, si destaca por la exquisitez con la que rueda y por la intensidad de las historias que toca, siempre dando especial prioridad a los personajes, auténticos instrumentos para contarnos lo que se le plazca.

Hay cosas muy interesantes cuando uno se pone a indagar sobre la génesis de Ladrón (Michael Mann, 1981). Algunos detalles están cogidos de historias reales, y hasta el propio Caan realiza escenas de robos siguiendo los pasos de auténticos ladrones que, durante el rodaje de la película, cumplían condena, como es el caso del robo que abre la película.

Si hay una cosa por la que destaca el cine de Michael Mann es por la veracidad con la que siempre impregna sus historias, sus personajes. Obsesionado por la luz, la noche, los neones, esas escenas de acción tan bien planificadas y rodadas, las calles de las ciudades por la noche, calles mojadas… Mann es un verdadero artesano en lo suyo y ver una película dirigida por él, siempre es todo un espectáculo.

Ladrón, a pesar de los años que tiene encima, se sigue viendo una película interesante, una película hasta actual. James Caan, Robert Prosky, Tuesday Weld, e incluso secundarios como James Belushi, están muy correctos en sus papeles, y es fácil simpatizar sobre todo con el personaje de Caan. Producía Jerry Bruckheimer, que venía de producir un par de cintas de Dick Richards y sobre todo el éxito American Gigoló (Paul Schrader, 1980). También esta película era un poco la génesis de quien ha llegado a ser uno de los productores más importantes del cine de acción.

James Caan.

Es algo que Mann sabe hacer, que el público simpatice (y empatice) con el protagonista, aunque no sea un tipo de fiar (ya pasaba también con el De Niro de Heat (Michael Mann, 1995), con ese Dillinger que se marcó en Enemigos públicos (2009) o con el Tom Cruise de Collateral (2004). Personajes de fuerte carácter cuyos actos no son precisamente bien vistos, pero que gracias al carisma que desprenden, son capaces de meterse al público en el bolsillo.

James Caan interpreta en Ladrón a un personaje sólido con un buen fondo, en donde nos cuenta su origen (no lo hace al comienzo de la cinta, como podría ser lo más típico), y con una personalidad tan fuerte que, sin llegarle a tener miedo, le tienes respeto, porque es un tipo que no necesita enfrentarse físicamente a nadie, su fuerza radica en su forma de enfrentarse a las cosas, a la gente. De hecho, rara vez le vemos disparar en toda la película, salvo cuando estalla por dentro. Un personaje atormentado por su pasado, pero tremendamente leal a los que quiere. La lealtad es otro de los elementos que Mann siempre deja entrever en su cine, en sus historias. Y es que la lealtad le hace a uno íntegro.

No es una película lenta, su ritmo está muy bien dosificado y las secuencias de los robos están rodadas con bastante profesionalidad. Mann es capaz de rodar como abren una caja fuerte sin que resulte aburrido. Hay que añadir la casi hipnótica música de Tangerine Dream, con su sonido tan característico, sintético, electrónico…

Ladrón es un buen comienzo para el director, una película con mucha intriga, pocas sorpresas (todo sea dicho), pero con unos personajes muy bien definidos y contados. Es una historia sobre la idea de dejar atrás el pasado, mirar al futuro y aceptar el presente. Mann apuntaba maneras y esta película es una buena muestra.

El año: 1981

Estamos a principios de los ochenta, esa década cinematográfica tan querida por una gran parte del público. Títulos como Halloween 2: Sanguinario (Rick Rosenthal, 1981), 1997: Rescate en Nueva York (John Carpenter, 1981), Aullidos (Joe Dante, 1981), Atmósfera Cero (Peter Hyams, 1981) o Mad Max 2, el guerrero de la carretera (George Miller, 1981) se estrenaron ese año.

Pero la aventura y la taquilla se rindieron ante En busca del Arca perdida (Steven Spielberg, 1981), que sirvió de presentación para el personaje de Indiana Jones. La comedia también fue una gran presencia en los rankings de taquilla. Arthur, el soltero de oro (Steve Gordon, 1981), El pelotón chiflado (Ivan Reitman, 1981), La loca historia del mundo (Mel Brooks, 1981), Un hombre lobo americano en Londres (John Landis, 1981) hicieron buenas cifras, pero sobre todo Porky’s (Bob Clark, 1981), que resultó ser una de las cinco películas más taquilleras de aquel año. Antes de ella estaba el drama En el estanque dorado (Mark Rydell, 1981), que reunía a tres grandes intérpretes, Henry Fonda, su hija Jane Fonda y Katharine Hepburn, en una de sus últimas apariciones en cine.

Ese mismo año coincidió con varios grandes dramas, Rojos (Warren Beatty, 1981), La mujer del teniente francés (Karel Reisz, 1981) o el drama bélico alemán El submarino (Das Boot) (Wolfgang Petersen, 1981). Ladrón no fue una cinta muy taquillera, apenas superó los 11 millones de dólares.

Sin ser la historia muy original, está muy bien rodada y contada.
8

Dirección
Michael Mann
Guion
(basada en la novela de Frank Hohimer)
Michael Mann
Dirección de fotografía
Donald Thorin
Música
Tangerine Dream
Montaje
Dov Hoenig
Formato
1.85:1
Nacionalidad
USA
Duración
123 minutos
Distribución
C.B. Films
En la red

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