Todo empezó allá por 1996 cuando Brian De Palma se lanzó a adaptar la serie de Bruce Geller, bajo el amparo y empeño de un Tom Cruise que, por aquel entonces, venía de interpretar al vampiro Lestat en la adaptación de la novela de Anne Rice, Entrevista con el vampiro (Neil Jordan, 1994). Era su primera película como productor y actor, y se la jugaba al todo o nada. Pero tener a De Palma en la dirección no es cualquier cosa y el ejercicio que es Misión: Imposible (1996) terminó por ser una película de espías hecha con gusto.
La alianza entre el director Christopher McQuarrie y Tom Cruise arrancó en el año 2008 cuando se encontraron en la cinta Valkiria (Bryan Singer, 2008). Desde entonces, han colaborado en cinco ocasiones, y una sexta que está por llegar. Sin duda la dupla ha logrado conjugar en una sola película la esencia de los thrillers de acción, sin desviarse en exceso de los elementos clásicos de la serie y rodado con un gusto exquisito. Además de esto, McQuarrie siempre apuesta por los personajes, por dotarlos de un fondo, de unas formas, de un alma. A pesar de que estamos ante un ‘blockbuster’ con ínfulas de salvar el cine, que parece que cada año se le condena a muerte, se le atisban buenas formas en su conjunto.
Misión Imposible: Sentencia mortal, parte 1 es una película que, como casi todo el cine de espías con villano megalómano, habla sobre la ambición, el control, pero, sobre todo, habla del peligro que tenemos en el mundo que nos espera. Y es que esta película podría haberse escrito hace unos meses, pero estamos hablando de que su gestación fue hace ya unos pocos años. La capacidad para construir una historia más que interesante y visionaria, a día de hoy, le aporta a la película el mayor punto a su favor.

Si decíamos que McQuarrie siempre se ha interesado por los personajes, no hay duda que desde que puso su mano en esta saga, éstos han tomado una importancia relevante. Ya no sólo a nivel de presencia, sino a nivel de construcción, volviéndoles más complejos y más ricos.
No es una cinta perfecta, puesto que hereda mucho de las anteriores entregas, incluso sus claros homenajes a De Palma o a la primera película de toda la saga, resultan perdonables; o ciertas escenas previsibles. Pero estamos ante una película muy completa, con una buena historia, unas escenas de acción soberbias, un plantel de actores sumamente competente (incluido el villano), y una dirección más que solvente.
Que Tom Cruise se ha dejado la piel en ella, no hay duda. Ya sólo por eso, merece la pena ir a verla. Un actor que, al margen de su calidad interpretativa (bastante equilibrada, aunque no excesivamente destacable) siempre ha puesto toda su pasión por su trabajo, por el cine.
Interesante ejercicio lleno de momentos de tensión (muy bien manejados, tanto a nivel visual (con el montaje) como a nivel sonoro (la persecución en Roma sin música resulta realmente sorprendente). Misión Imposible: Sentencia mortal, parte 1 posiblemente sea la película del año, y sus responsables sabían perfectamente en qué terreno se estaban moviendo. Qué menos que darla una oportunidad para disfrutar de un cine absolutamente entretenido y de total evasión. Buscar algo más, resulta inútil porque, sobre todo, no es su intención.