Aunque no siempre sea así, todas las navidades, Disney suele estrenar producto. El público infantil siempre ha sido y será una de sus principales audiencias (al menos hasta que compró MARVEL, Star Wars…), y que mejor que épocas festivas (verano, Navidad) para lanzar nuevas películas.
Mundo extraño quizá sea un producto menor, incluso para la propia Disney (no hay más que ver la escasa publicidad que han invertido en ella), y tampoco es una película totalmente redonda, pero proporciona las dosis mínimas para entretener a su principal público. Eso sí, no es una película tan “simple” como pudiera parecer.
Mundo extraño reúne por segunda vez a Don Hall (ganador de un Oscar por Big Hero 6 (2014) y a Qui Nguyen, que había trabajado anteriormente juntos en Raya y el último dragón (2021). El segundo, además, se encarga del guión de esta película. Ambos con una trayectoria solvente aunque corta en el mundo de la animación, nos proporcionan una historia/película bastante ágil con cargas y con bases bastante conservadoras para la propia Disney y que, visto previamente, funcionan bien.
La película explora desde un punto de vista bastante sencillo a la vez que efectivo, aspectos como la familia, el pasado o la tradición, todo ello siempre con su particular humor e incluso con algunas pinceladas al día, para que todo el conjunto no resulte demasiado rancio o excesivamente clásico (que tampoco habría pasado nada).
Su principal problema es que todo resulta demasiado… previsible, demasiado “made by Disney”. No hay muchas sorpresas, los personajes reaccionan tal y como pensamos, y la historia, aunque con algún pequeño giro de guion transcendente, nos lleva cual perrito con su correa, hasta donde ella quiere, hasta el punto en el que trata de explicar cómo funciona nuestro mundo, y que elementos (intangibles, por supuesto) lo hacen funcionar, tales como el amor o el trabajo en equipo, por ejemplo. Si alguno al verla tiene ciertas reminiscencias al mundo de Julio Verne, no va mal encaminado.
A pesar de su marcado carácter clásico (incluso con sus elementos contemporáneos, vistos en otras cintas de animación… no son pioneros en esto) el resultado no resulta muy aburrido, pero tampoco destaca precisamente por muchas cosas.
Si hay que ponerle un diez a la Mundo extraño, seguramente sería en su apartado visual, posiblemente el principal sustituto para su simple historia. La llovieron palos por algo parecido a la algo más interesante Lightyear (Angus MacLane, 2022), un envoltorio sublime para una historia tan… bluff. Bueno, Mundo extraño podría compararse (muy a groso modo) con aquella cinta sobre los orígenes del personaje que inspiraba el juguete icónico de Buzz.
Sin hacernos levantar de la butaca, sin dejarnos demasiados momentos icónicos, apelando siempre a un drama convencional y efectivo, pero con un apartado visual sumamente interesante, Mundo extraño se ha convertido quizá en un patinazo más de Disney, que siempre pensó (ahora ya, desgraciadamente no) que podría tocarnos la fibra sensible con cualquier cosa.