Segundo trabajo de Mads Mikkelsen junto al también danés Thomas Vinterberg tras la inquietante y cruda La caza (2012). Nueva colaboración que nos deja un sabor agridulce, y no precisamente por la película en si, sino por la historia que nos trae Otra ronda, por su tono.
Vinterbeg vuelve a la carga con otra cinta que bien podría tener cierta “polémica”, ¿es Otra ronda una glorificación del alcohol? Evidentemente no. Como dice su propio protagonista, el danés Mads Mikkelsen (maravilloso e increíble en esta película) cintas sobre alcoholismo o sus efectos negativos se han hecho muchas pero el punto de vista de Vinterberg es quizá lo más diferente. Llama la atención que ponga especial énfasis en lo que el alcohol trae de positivo a la vida. Esa vuelta de lo habitual es un magnífico punto de partida.
La película es casi un carrusel de emociones, como si nos tomáramos una copa por la noche, en un bar. Sus primeros minutos son un subidón para los personajes (esas imágenes de la juventud desfasada por la bebida del comienzo, a modo de preámbulo/advertencia). Incluso se permite el lujo de dejarnos algunos momentos cómicos que dan para una sonrisa. Es cuanto menos interesante el planteamiento de la cinta y la evolución de sus personajes, todos ellos bastante carismáticos.
Pero hay un momento (tanto en la película como en la noche) en el que bebes demasiado, no controlas lo que afirmas controlar y ya se sabe que las resaca, por lo general, no suelen ser agradables. La película no decae, es verdad, aunque puede resultar un poco lenta en momentos puntuales. Se sigue con bastante interés gracias a la buena química que hay entre sus cuatro protagonistas. Aunque Mikkelsen lleva la voz cantante, no hay que dejar pasar las interpretaciones de todos ellos.
El director se toma muy en serio cada pasaje, cada frase, cada personaje. Todos están bastante bien definidos, aunque quizá echemos en falta algún pequeño detalle, pero a grandes rasgos, esto sería una pega que podríamos dejar pasar con bastante facilidad.
La película explora muchos puntos en la vida de los personajes, la vida de soltero, la vida del padre… reciente, la vida del padre con hijos adolescentes… son personajes con los que es fácil conectar y con los que todas las situaciones funcionan.
Otra ronda es una película que analiza, que nos deja ver, que nos pone prácticamente en la piel de los personajes, todo ello rodado con sencillez, con mucha cercanía a la realidad. Y es que Vinterberg es un director al que le gusta acercarse y acercarnos a la realidad a través de sus historias y personajes (impagable el bailecito que se marca Mikkelsen, que fue bailarín antes que actor, en los minutos finales de la película).
Una maravillosa tragicomedia sobre el alcohol, sus efectos, sus fases, sus consecuencias… todo ello contado con seriedad, con personajes dignos y con unas buenas subtramas que sin duda hacen que todo vaya fluyendo.
