La historia de Dav Pilkey resulta cuanto menos curiosa. De pequeño y tras diagnosticarle TDAH (a quien dedicó un personaje en la saga de Policán) y dislexia, era frecuente encontrarlo en los pasillos de su colegio. No era precisamente un alumno modelo, pero eso no impidió que durante aquellas horas, crease uno de los personajes que más alegrías le ha dado, El Capitán Calzoncillos. A pesar de sus limitaciones y tras ir a la universidad, Pilkey se presentó a varios concursos de cómics y en uno consiguió que le publicaran sus primeros libros. No sería hasta 1997 cuando publicó el primer volumen del famoso héroe en ropa interior.
Pero tuvieron que pasar 15 años para que, en el décimo volumen, publicado en España por SM bajo el título El Capitán Calzoncillos y el contraataque de Cocoliso Cacapipi apareciese por primera vez el personaje de Policán. Pilkey decidió empezar sus andanzas por separado (lo que conoce como un ‘spin-off’) y a día de hoy tiene publicados más de una decena de libros y esto sigue.
La primera adaptación al cine de uno de sus personajes no le pilla por sorpresa a Pilkey, en el 2017 se hizo adaptación cinematográfica de El Capitán Calzoncillos y le siguió una serie de televisión. Ahora, de nuevo aliándose con la DreamWorks de Spielberg, regresa a la gran pantalla uno de sus personajes más conocidos, el Frankenstein para niños, aunque, mejor dicho, podría ser un RoboCop para los más pequeños.

Con una animación que trata de fusionar el 3D y la animación en ‘stop-motion’ (aunque todo está hecho con tecnología puntera) la película es un verdadero torbellino de escenas y acción no apto para aquellos que batallan con la ansiedad. Vamos, que si uno se puso nervioso con las películas de LEGO, aquí puede que también lo pase un poco mal. Pero para los ávidos lectores de Pilkey la adaptación es más que digna, respetando detalles y personajes de los libros.
Con valores muy tradicionales y una historia muy sencilla, Policán consigue que todos podamos reírnos (niños y adultos) con la ingente cantidad de escenas delirantes y alocadas que contiene una película intensamente simpática.
Buena factura técnica (muy bien hecha la traslación del dibujo 2D a 3D), la historia se sigue sin problemas, personajes un tanto deslenguados e incluso guiños a otras películas, forman en conjunto una cinta simpática con la que pasar el rato, reírnos y además conocer a este personaje en muchos de sus aspectos.

Dirige Peter Hastings, un nombre con amplísima experiencia en la animación que ha pasado por Disney, Warner y DreamWorks durante una trayectoria de más de veinte años. Además de escribir el guion, Hastings es quien hace los ruidos (porque no habla) del protagonista canino. Si tenemos la suerte de verla en versión original (aunque el doblaje no resulta demasiado malo) nos encontramos con las voces de Pete Davidson, Billy Boyd o el gran Ricky Gervais.
Policán es un más que agradecido (y alocado) entretenimiento para todos, con una historia en la que es fácil entrar, con temas actuales (demasiada cantidad, a lo mejor), pero que en conjunto deja una sonrisa tanto a los mayores como a los más pequeños.