El cine del norteamericano Jeremy Saulnier, supone siempre una mezcla entre la violencia y el thriller, con títulos tan interesantes como Green Room (2015) o algunos más tediosos que interesantes como Noche de lobos (2018). Su nueva película Rebel Ridge que, al igual que su anterior filme también está producido por Netflix, no termina de encajar dentro de su particular e interesante filmografía, ofreciendo un espectáculo irregular y excesivamente largo.
Su nueva película ofrece una historia interesante, que mezcla thriller y algunas pequeñas gotas de cine de acción, sin demasiada elaboración y con una realización más próxima al cine de los noventa que a las nuevas tendencias que se dan hoy en día, donde prima la novedad, y en ocasiones, lo excesivo. Aquí no se busca impresionar con las, repetimos, escasas escenas de acción. Saulnier parece más interesado en contar una historia que en deslumbrar con su planteamiento visual.
De ritmo irregular, pero con una factura competente y a la altura de cualquier producto similar que se estrene en salas, Rebel Ridge adolece de un buen puñado de defectos. El cine de Saulnier no es perfecto, pero si intentamos buscar ese interés que nos ha transmitido prácticamente desde sus inicios, nos cuesta encontrarlo. La historia se estira en exceso y todo se va a unas innecesarias más de dos horas de duración de las cuales la primera resulta la más interesante, en donde se nos plantea la historia y los personajes. La otra hora no aporta realmente mucho a la película y es posible que desconectemos en varias ocasiones. Ni siquiera la presencia de alguna escena de acción en este tramo logra despertarnos.
Rebel Ridge es una película que habla sobre el pasado, sobre la honestidad y sobre la integridad, todo ello en un marco rural, con policías corruptos y una serie de personajes que, en ocasiones, simplemente pasaban por allí. A la cabeza se nos puede venir hasta aquella maravilla de Stallone llamada Acorralado (Ted Kotcheff, 1982), en donde la sociedad convertía al héroe en un repudiado y éste debía sobrevivir y demostrar su inocencia/valor o moral. Todo ello frente a una sociedad podrida y totalmente individualista.
El rostro televisivo de Aaron Pierre como protagonista funciona a pesar de que su personaje, mejor trazado que desarrollado, hace lo que puede dentro de un conjunto sumamente irregular. Don Johnson en el papel de torpe villano tampoco es que le suponga una traba al protagonista. Cierra este cast, David Denman y la actriz AnnaSophia Robb (aquella niña de Un puente hacia Terabithia (Gabor Csupo, 2007)).
Rebel Ridge quiere abarcar demasiadas cosas (drama judicial, drama social…) y no termina de cerrar temas, es una película que da muchas vueltas para, realmente, no contar demasiado. Un producto que, a pesar de estar bien hecho, no funciona prácticamente en su cincuenta por ciento. Su tramo final y, sobre todo, su desenlace, no está a la altura de todo lo que se espera de la historia que nos cuenta. Se encarga de mantener la tensión en la primera parte, con buenas escenas, pero no termina de estallar en el personaje.
Rebel Ridge es un ejercicio que de durar hora y media, habría resultado mucho más interesante que todo lo que nos cuenta. Saulnier vuelve a errar (y van dos seguidas) con un ejercicio que trata de abarcar demasiadas cosas, y ya se sabe que quien mucho abarca…
La producción de Netflix le asegura que sólo se estrene dentro de su plataforma. Apostaron por ella y además Saulnier ya había rodado Noche de lobos (2017) también para Netflix.
Sólo en Netflix.
