David Ayer estrena su tercer largometraje como realizador. Sin tregua (End of Watch), precisamente no da casi descanso al espectador, pero como cinta no termina de aprovechar sus numerosas virtudes, una lástima.
Nadie duda de la capacidad visual de un realizador como David Ayer, casi preocupado permanentemente por cómo el ser humano logra sobrevivir en territorios hostiles (curiosamente siempre la ciudad de Los Ángeles). Con Vidas al límite (2006) y Dueños de la calle (2008) se estableció como el nuevo maestro del cine policíaco, no sin antes maravillarnos con guiones como el de Día de entrenamiento (Training Day) (2001) o Dark Blue (2004).
Sin tregua (End of Watch) parece ofrecer una visión realista de lo que la policía de la ciudad de Los Ángeles suele hacer casi a diario. Enfrentarse a pandilleros, a violencia doméstica o a algún que otro tiroteo son algunas de las perlas a las que un policía deberá enfrentarse, siempre con la ley por delante. Ayer lo sabe, lo ha dejado claro siempre que ha podido tanto detrás de la cámara como en el guión de una película. Pero Sin tregua (End of Watch) tiene un incentivo que podría ponerla en el punto de mira de los que piensan que el género ya está bastante trillado. Su particular forma de contar la historia de los dos protagonista es quizá su potencial, y desgraciadamente no parece darse cuenta de ello y apenas lo utiliza para ir más allá de una “buddy movie”.
Una lástima puesto que Sin tregua (End of Watch) parecía darnos un espléndido aire fresco para desquitarnos de la mayoría de cintas que tocan este tipo de historias, que se muestran o bien hacia la acción o bien hacia el suspense, pero rara vez se suelen centrar en los personajes, y Ayer lo ha logrado. Sin tregua (End of Watch) profundiza en sus vidas dándonos una visión algo diferente. Si hay que destacar la espectacular evolución de Michael Peña como intérprete. A Gyllenhaal lo tenemos muy visto y sabemos que es capaz de esto y de mucho más.
Rodada con pulso, con simpleza y con cierta crudeza, Sin tregua (End of Watch) muestra quizá cotas de cierto regocijo. Me explico, no va mucho hacia el morbo, trata de desarrollar una historia que, a pesar de ser excesivamente simple y poco llamativa, desgraciadamente se centra en aspectos ya vistos en otras producciones similares, se explaya en ellos y no hace por innovar o por tratar de ver algo más allá de ella. Quizá sea uno de sus pocos puntos flacos.
Aún así, Sin tregua (End of Watch) se deja ver bastante bien. Contiene emotivas escenas, tiroteos bastante bien rodados (y logrados) y quizá un final algo descafeinado que nos deja con un sabor de boca algo agridulce y a disgusto, con esa cara de “¿y ya está?”. No parece que el realizador haya sabido buscar, un potente desenlace para todo esto, pero claro, en ocasiones la vida real también es así, y las expectativas no siempre se terminan cumpliendo.