Nueva película de Jalmari Helander, director finés o finlandés, que hace tiempo estrenó Rare Exports: Un cuento gamberro de Navidad (2010) y la cinta Caza mayor (2014), con Samuel L. Jackson. Helander vuelve a sus orígenes, concretamente a la zona de Laponia.
Helander reúne prácticamente a sus habituales para esta especie de fantasía violenta, aunque lo de fantasía con bastantes matices. Vuelve a escribir el guion, y vuelve a contar con algunos actores ya conocidos como el propio protagonista Jorma Tommila (por otro lado, casado con su hermana) y con su hijo, Onni Tommila. Todos ellos ya trabajaron juntos en otras películas. Helander, en pocas palabras, nos cuenta una historia de venganza y de lo que sucede cuando, básicamente, le tocas mucho las narices al hombre equivocado, cuando no tienes nada que perder.
Evidentemente Sisu no es una cinta dramática, sino todo lo contrario. En ocasiones parece que estamos ante una comedia excesiva y afortunadamente la película es consciente de qué tipo de producto es, y no se toma demasiado en serio, dotando al protagonista de una resistencia sobrehumana o ridiculizando a los nazis. Bien es cierto que, a tenor de como se ha vendido, las expectativas de uno pueden estar bastante altas, pero una vez visto el resultado, resulta una cinta bastante decepcionante, sobre todo por lo contenido de su violencia en muchas ocasiones. La película es violenta, sí, y muestra bastante crudeza en ella, pero se echa en falta algo más de fusión entre la misma y el concepto de película loca. Como ejemplo, un botón, si hemos visto el tráiler, quedaremos un tanto decepcionados con ella. Ahí lo dejo.
Al margen de que la historia pueda o no gustarnos, o de que su nivel de violencia sea o no de nuestro agrado, hay algunas cosas que podemos alabar de Sisu. Su nivel técnico es realmente notable, tanto a nivel visual, con una fotografía muy interesante, como a nivel sonoro (tanto efectos, como música). En este campo, la cinta cumple bastante con lo que uno espera.
Sisu es una cinta áspera, que no se toma en serio en ningún momento y que ese aire de western que tiene, le va como anillo al dedo (guiño). Aunque se muestre un poco contenida en algunas partes y con la agridulce sensación de que podría haber sido mucho más bestia y cafre, en el fondo es un disfrute que se agradece como producto de evasión.
