Dada la enorme crisis creativa en la que está inmersa Hollywod, mejor dicho, las “majors” de Hollywood, cuya principal fuente de historias ha quedado relegada a comics, secuelas o nuevas versiones (en un 60-70% de lo que nos llega), no nos resulta descabellado pensar que otras formas de producir cine son posibles. Mientras Hollywood se acomoda y apuesta sobre seguro, es necesario renovar ciertos géneros.
La plataforma Netflix, creada en 1997 por Reed Hastings y Marc Randolph, llegó a España el pasado 2015, en el mes de Octubre, y su apuesta fuerte son las series. Pero no abandona el cine y se ha lanzado a producir algunos títulos “desechados” por las grandes de Hollywood, como es el caso de Spectral, rechazada por la Universal en su día.
Spectral parte de una premisa sobre todo basada en la ciencia-ficción, que nos recuerda a historias como Alien, el octavo pasajero (Ridley Scott, 1979), Aliens (El regreso) (James Cameron, 1986) o la cinta animada Final Fantasy. La fuerza interior (Hironobu Sakaguchi y Motonori Sakakibara, 2001), de quien bebe mucho de su estética. E incluso nos puede recordar también a algunos videojuegos, por que la narrativa de Spectral es muy de fases, todo medido, estructurado y sorpresas cero. El ser humano ante lo desconocido.
No es una cinta que prometa descubrir nada y su ritmo está bastante bien dosificado con escenas de acción bien rodadas, unos efectos digitales notables (desde luego podría estrenarse sin problemas en una sala comercial), y un reparto que, sin ser especialmente conocido, cumple sencillamente con lo que se les pide.
Mathieu ha intentado dar su visión particular del ser humano ante lo desconocido, tal y como lo hicieran en su día Scott o muchos otros realizadores de historias similares. Afortunadamente la película no se vanagloria de logros técnicos y en este aspecto, no hay prácticamente pegas que ponerle.
Donde quizá si tengo problemas sea en su guión, bastante desigual, aunque no por eso debemos crucificarla. Con George Nolfi entre su equipo de guionistas (guionista de algunas de la saga Bourne), la cinta prima más por lo entretenido, por lo espectacular, que por desvelar realmente el problema que plantea la historia.
En este sentido, quizá su desenlace sea bastante flojo, y no compensa con el resto de lo que hemos visto. Aún así, es reiterable hablar de que es una cinta muy entretenida, que crea interés en ciertos momentos, pero que no nos va a sorprender demasiado.
Emily Mortimer, Max Martini o James Badge Dale son algunos de los rostros del “cast” que nos pueden sonar más, aunque insisto, la dirección de actores no es precisamente su fuerte.
Una película sin pretensiones, bastante entretenida, con una factura muy notable, y con una historia que, aunque no termina por resolverse de una forma más sencilla y menos accidentada, al menos cierra todo para evitar las clásicas secuelas que tanto gustan a Hollywood.
El hecho de que Universal pasara de su distribución, sin duda podría haberle supuesto varias puertas cerradas. Nic Mathieu, que debuta con Spectral en la dirección, es totalmente desconocido en España y esa razón, posiblemente también haya pesado para que no se haya podido ver en salas comerciales. Pero su nivel técnico, sin duda, está a la altura de estrenos más conocidos. Y no olvidemos que la Legendary Entertainment está detrás de su producción, además de la cadena Netflix.
La única forma de poder verla, por el momento, es teniendo una cuenta activa de Netflix. Spectral se estrena en España, en esta plataforma, el 9 de Diciembre de 2016.