El director finlandés Renny Harlin prácticamente no necesita presentación. Uno de los nombres más conocidos del cine de acción de los noventa, donde dirigió éxitos como La Jungla 2: Alerta roja (1990) o Máximo riesgo (1993), vió truncada su carrera cuando una de sus películas La isla de las cabezas cortadas (1995) sufrió uno de los fracasos más sonados de la historia, además de hacer quebrar a la mítica productora Carolco. Desde entonces la carrera del director ha ido dando tumbos, con películas que muchos han considerado ya icónicas y otros productos que rozan la serie B.
Con Strangers: Capítulo 1, Harlin se enfrenta a la primera entrega de lo que se supone será una trilogía basada en la propia historia que el director Bryan Bertino inmortalizó en su cinta Los extraños, en el 2008. La premisa era bien sencilla, tanto que la película no fue mal en taquilla, no así su secuela, Los extraños. Cacería nocturna (Johannes Roberts, 2018).
Han pasado seis años desde que vimos a ese trío terrorífico y enmascaro asaltar casas simplemente por el mero hecho de asesinar a quien había dentro. Harlin toma el relevo y prácticamente hace un calco de la cinta de Bertino (aquí sólo pone el dinero), además iniciar lo que parece ser una trilogía.
Partiendo de la base de que no hay novedades en cuanto al argumento se refiere, es decir, si hemos visto la original, no va a haber sorpresas o prácticamente sorpresas de principio a fin. En su equipo de guionistas, tenemos a gente que ha trabajado prácticamente sólo en televisión, series de animación y cortometrajes. Sí, el guion no es lo más destacable de esta película. Ojo, que detrás de todos los nombres que hay en la producción, nos llama la atención Justin Caine Burnett, director de aquella infame versión de Dragones y mazmorras (2000)
Pero una de las cosas más desesperantes que tiene esta Strangers: Capítulo 1 son sus personajes. Al margen de las interpretaciones, se trata de personajes con pocos recursos, donde resultan frustrantes bastante ciertas decisiones que toman. No llegan a las cotas de los de Midsommar (Ari Aster, 2019) pero se dan la mano.
El respetable puede ponerse nervioso, no sólo con la propia historia, sino con los propios protagonistas, que en ocasiones parecen más perdidos que una piraña en un bidé.
Strangers: Capítulo 1 mantiene el suspense prácticamente en toda la película, jugando con pocos diálogos, silencios incómodos, una banda sonora muy bien compuesta para la ocasión, y con la justa medida de los ‘jump scares’. En su conjunto, es un ejercicio funcional, bien ejecutado, pero olvidable, puesto que todo lo que muestra o pretende mostrar, ya lo hemos visto.
Harlin inicia así una andadura como director de una trilogía (en un principio él se encargará de todas las películas), con una realización plana, muy estándar y unos actores que poco más pueden hacer, salvo correr y jugar al ratón y al gato con sus captores. No hay demasiada historia detrás de ellos.