En 1985, la empresa de videojuegos Nintendo, lanzaba para su propia consola (conocida como NES) Super Mario Bros. Un título clasificado dentro de los juegos de plataformas en la que se manejaba a un pequeño personaje en 8 bits saltando y colándose en tuberías verdes mientras iba liquidando enemigos con formas de tortuga o pequeños dinosaurios.
Han pasado más de treinta años desde entonces y la adaptación que llega ahora a los cines Súper Mario Bros.: La película (Aaron Horvath, Michael Jelenic, 2023) supone todo un absoluto espectáculo ya no sólo a nivel de animación, sino un verdadero homenaje a todo su particular universo (‘Marioverse’), y una verdadera carta de amor para todos los que crecieron con él.
Si no incluimos las series de animación de los noventa, la única aproximación fuera de los videojuegos, del universo creado por Shigeru Miyamoto ,fue aquella cinta (hoy considerada casi un ‘guilty pleasure’) Super Mario Bros. (Annabel Jankel, Rocky Morton, 1993). Bob Hoskins y John Leguizamo daban vida a Mario y Luigi, respectivamente, mientras que un desfasado Dennis Hopper, interpretaba al malvado Rey Koopa. Aunque aparecían (pasaban por ahí) personajes inspirados en Toad e incluso en Bowser, la enorme falta de presupuesto hacia evidente una película que coqueteaba (y mucho) con la serie B. Entrañable, sí, pero decepcionante como adaptación y un tanto cutre.
Era obvio que un personaje como Mario y su enorme y colorido mundo, sólo podían adaptarse como película de animación. Y quien mejor que el equipo de Illumination (responsables de las películas de Gru o Los Minions) para trasladar toda la locura, el buen rollo y la acción a la gran pantalla. Por que seamos sinceros, esta película ofrece todo eso, aderezado con una ingente cantidad de guiños a Nintendo (no en vano ha puesto dinero para hacerla). El cariño y el amor con el que está hecha no dejan lugar a dudas de que estamos ante una cinta totalmente recomendable para los fans de estos videojuegos. La forma en la que han introducido las mecánicas de los videojuegos y los personajes, mezcladas con otras referencias cinematográficas, supone todo un disfrute. A esto hay que añadirle la maravillosa selección musical con canciones que van desde a-ha a AC/DC.
Una historia sencilla (¿es necesario contar algo más complejo?) casi a la par que los videojuegos (se trata, principalmente, de rescatar a alguien y derrotar a un villano), para dejarnos una serie de mensajes tan vigentes como absolutamente universales, tales como la amistad, el trabajo en equipo, la victoria de la luz sobre la oscuridad… Hay que ser conscientes de que la película sobre todo va dirigida a un público infantil, por lo que no es necesario complicar las cosas demasiado. Hay inocencia en Super Mario Bros.: La película, es evidente, pero también hay buenas dosis de entretenimiento.
Tampoco hay que entrar a valorar la técnica demasiado, a estas alturas cualquier película de animación que tenga detrás un gran estudio, cumple perfectamente. Sus responsables han trabajado en series de animación como Teen Titans Go! o Thundercats, y en películas como El Grinch (Yarrow Cheney, Scott Mosier, 2018) o La LEGO película 2 (Mike Mitchell, 2019), por lo que su capacidad para manejar la animación, el ritmo, y combinar la acción, la comedia y la aventura están más que demostradas. Un auténtico cóctel que logra entretener a cualquiera.
Súper Mario Bros.: La película marca, posiblemente, un nuevo estándar en cuanto a adaptación de videojuegos a la gran pantalla (sí, gran pantalla), reuniendo en una misma película, ya no sólo una historia aceptable, sino sabiendo captar la esencia de su origen y trasladarla de una forma atractiva.
