La idea de una “survival movie” puede desarrollarse desde muy diferentes géneros. Pasando por drama humano, incluso la comedia o como ha sido el caso de esta cinta, el terror, aunque no precisamente un terror en donde prevalezca el susto fácil, es más bien una cinta de suspense quizá. Noche de bodas tiene un planteamiento, a priori, bastante original.
Con un reparto televisivo, en donde aparecen rostros de actores a quiene hemos visto en series como Orphan Black o El cuento de la criada, y con los “hollywoodienses” Andie MacDowell (en un papel bastante bueno) y Henry Czerny, Noche de bodas resulta bastante entretenida y con bastante mala leche. Sí, es una cinta que cae fácilmente en la crítica social hacia la alta alcurnia, pero se deja por el camino muchas otras cosas que, seguramente no son necesarias para contarnos lo que nos quiere contar.
Es una película que habla sobre la felicidad, sobre las tradiciones, sobre las clases sociales, sobre varias cosas, pero sobre todo es una cinta que plantea una buena y original historia, que termina desinflándose al poco de empezar lo bueno. Y es que la idea da para multitud de situaciones que los directores/guionistas no han sabido aprovechar. Todo ello rodeado de un halo cómico (humor negro, evidentemente) en donde algunas de las situaciones más delirantes pueden resultar un poco forzadas, con la sana intención de crear el gag.
No obstante, Noche de bodas se merece una oportunidad. Samara Weaving está muy bien, Adam Brody también, e incluso su guion (escrito a cuatro manos entre Guy Busick (de la serie Castle Rock) y Ryan Murphy (prácticamente desconocido)) tiene algunos giros que pueden resultar graciosos (siempre y cuando no sean muy forzados). Es un guion que está bien hilado en donde todo encaja.
La protagonista va sufriendo durante toda la película una transformación, que la lleva a enfrentarse a su propio infierno, creado a partir de una familia de lunáticos, obsesionados con su propia riqueza y clase social.
Resulta un poco decepcionante, puesto que la mala baba que desprende su historia queda diluida en muchas ocasiones por algunas escenas algo previsibles. Pero insisto que es una película a la que hay que darla una oportunidad (que no te engañe el infame cartel que se ha elegido para España), porque dentro de sus defectos, se erige como un buen intento por contar una crítica social enmascarada en una cinta con sangre y violencia (no se corta mucho, no).