Nuevo producto “made in Netflix” y con todo lo que eso conlleva. Una historia sencilla y que tiene la ventaja de contar con el director Sam Raimi en la producción, quizá sea este el principal motivo por el que podamos verla. En la dirección, la dupla Brian Netto y Adam Schindler, que debutan como realizadores, aunque han trabajado juntos en cortometrajes o en producciones. Su primer largometraje parte de una premisa que resulta interesante, pero tiene un problema, y es que da la sensación de que estamos ante un evidente caso (otro más) de un cortometraje alargado.
Y es que No te muevas parte de una base interesante, una carrera contrarreloj por partida doble de su protagonista, y eso nos puede mantener pegados al sillón, pero ¿hasta cuándo? Esa es la pregunta que deberíamos hacernos. Pero la película se busca sus fórmulas para estirar todo lo que puede la premisa y, dentro de lo que cabe, consigue que estemos pendientes, aunque sólo sea para saber cuál será el próximo as en la manga que se sacarán sus guionistas para seguir con la historia.
Como sucede en historias de este tipo, el elemento dramático se utiliza para que no todo sea tan increíble y para darle cierta veracidad al personaje. Pero igual que pasa siempre, esto termina diluyéndose a lo largo de la película, aunque se nos recuerde en varias ocasiones.
No te muevas habla de esas heridas que no se han cerrado y de la necesidad de pasar página, pero todo eso queda eclipsado a la media hora de película, porque realmente no es lo que quiere contar. Lo que quiere contarnos es una historia de supervivencia y ya está.
La historia tiene su peso en la pareja protagonista, ella es una joven que no ha superado su trauma y que quiere poner fin a su sufrimiento, pero cuando ella lo decida, cuando esté preparada (¿?). Su captor, es un torpe asesino sin motivación alguna y con menos luces que un suburbio.
La cinta no reniega de la violencia explícita y al menos transmite bastante bien los momentos de angustia de su protagonista. Aunque todo desemboca en un final tan previsible como típico, siempre puede quedarnos la duda en alguna escena.
Es una película demasiado pensada, que recurre a tópicos y que salvo entretener no busca nada más. Como hemos empezado, no es más que un cortometraje estirado, con algún que otro momento de lucidez (muy pocos) y poco más. El clásico producto de plataformas.
Todo apunta a que Netflix apostó desde un primer momento por su estreno en plataformas. Quizá el nombre de Sam Raimi en sus créditos, podría haberla granjeado buenas cifras en taquilla, dado el presupuesto tan pequeño que tiene.
Es una película exclusiva de Netflix.