Robert Lorenz, que ha trabajado con Clint Eastwood en algunos de sus largometrajes más laureados, se pone por primera vez detrás de una película en solitario. Golpe de efecto no es quizá un filme destacable dentro de la filmografía del director de Million Dollar Baby (2005), pero si es una muestra de su enorme capacidad interpretativa.
A primera vista, la historia de Golpe de efecto casaría bastante con cualquier telefilme europeo que pudiéramos ver en la sobremesa de un sábado o un domingo. Lo que Lorenz ha conseguido con esta historia tan facilona, es que Eastwood se lleve todo el pastel de una cinta, algo irregular, pero nada desdeñable, desde casi cualquier punto de vista. Golpe de efecto no es una cinta sobre béisbol, sino sobre reencuentros, redenciones y el paso del tiempo.
La cinta no sobresale quizá por su historia, y más cuando Lorenz nos trata de colar alguna que otra subtrama que bien trata de aportar algo a los personajes (sobre todo al de Amy Adams) pero que resulta forzada en algunas ocasiones, quizá por la participación de Justin Timberlake, cuyo personaje (un ex jugador metido a cazatalentos) no está lo suficientemente explotado (se esfuerza, eso sí).
Clint Eastwood, a pesar de su edad sigue manteniéndose como uno de los actores más importantes del panorama cinematográfico, un actor que engrandece una cinta tan pequeña como ésta. Junto a él encontramos desfilar a actores de diversas categorías (por decirlo de alguna forma). Amy Adams, copa un interesante papel, aunque quizá con cierto regusto a tópico. Aún así, su presencia, que siempre se agradece, mantiene muy bien delimitada la línea entre el pasado y el presente del personaje de Eastwood. Su presencia, casi podría ser anecdótica, a pesar de la importancia de su rol.
Cinta sencilla, correcta y con escasa repercusión dentro de la filmografía de Eastwood. No obstante puede ser una buena muestra de que sigue en una muy buena forma y de que es capaz de resaltar por pequeñas que sean sus participaciones.