Mi semana con Marilyn

Mi semana con Marilyn

My Week with Marilyn | 2011
29 de febrero de 2012
Colin Clark es un joven llega como asistente de producción a la película "El príncipe y la corista". Allí es testigo de la lucha de egos entre la propia Marilyn Monroe y Sir Laurence Olivier.

La fama siempre ha tenido un precio. Para lo bueno o para lo malo, ser famoso, o ser quizá una estrella del cine, siempre tendrá su lado bueno y su lado no tan bueno. Marilyn Monroe, o Norma Jeane Mortenson (su verdadero nombre) quizá no lo sabía, pero la profesión y la gente con la que se rodeó, se encargaron de hacérselo ver.

Simon Curtis tiene bastante experiencia dentro del mundo audiovisual, aunque nos llegue ahora su primera obra cinematográfica. A base de productos para televisión, se ha labrado una amplia carrera. Tocar un icono del cine como lo fue Marilyn Monroe, no le ha sido un trabajo fácil, suponemos, pero gracias a una estupenda base como es el libro de Clark, hemos podido comprobar su cumplida solvencia como realizador de una cinta, sobria y elegante al mismo tiempo, con un toque nostálgico que la confiere el punto justo de drama que necesita.

Ni Curtis y, ni mucho menos, la propia Michelle Williams, han querido imitar a la actriz (eran conscientes de la dificultad del papel). Se intuyen en algunos momentos puntuales una calcada similitud en algunos movimientos de la estrella, pero Williams sabe que es irreemplazable y por tanto se limita quizá a emular su personalidad, construyendo una Marilyn atormentada por su pasado y confundida por el amor que nunca logró encontrar.

Mi semana con Marilyn es una película muy bien hecha de factura casi impecable, pero no va más allá, no arriesga y ni mucho menos se lanza al vacío. Curtis realiza una labor muy correcta con un elenco interpretativo envidiable (tanto principales como secundarios) y además con una soltura a la hora de presentar escenas, casi digna de un realizador experimentado.

Michelle Williams.

La cinta se debate principalmente entre los tres protagonistas. Por un lado la frágil Monroe, que Michelle Williams ha construido desde, quizá, algunos tópicos que se conocen sobre ella, pero que en conjunto nos da una imagen muy aproximada a la estrella. Su inseguridad a la hora de actuar, su inexperiencia como actriz (algo que Olivier parece que nunca perdonó) o la búsqueda de ese amor que tanto deseaba en los brazos de cualquier hombre, son toques que Williams deja bien improntados en pantalla. Su trabajo no tiene desperdicio y aunque las comparaciones sean inevitables, eso nos debería dar lo mismo. Estamos ante un trabajo absolutamente premiable y, si se me permite, si Meryl Streep no hubiera interpretado La Dama de Hierro, posiblemente estaríamos hablando del primer Oscar para Michelle Williams. El segundo personaje es el propio Laurence Olivier, espléndidamente intepretado (y muy bien caracterizado) por Kenneth Branagh. Actor casi de método, Olivier no concebía prácticamente improvisación alguna en sus rodajes (aunque sólo dirigiese cinco películas). Sus constantes enfados con la actriz por su dejadez a la hora de los rodajes, se ve muy bien reflejado en la película. Cierra el triángulo el propio Clark. Un inexperto joven con una inconfundible capacidad de interés por todo. El trabajo de Redmayne es bastante considerable, aunque quizá notamos cierta frialdad en algunas partes en donde la expresividad debería ser más acorde con lo que interpreta. No obstante, le auguramos un buen futuro.

Curtis confluye en esta película elementos muy interesantes. Mi semana con Marilyn ahonda en la dramática personalidad de una actriz que necesitaba tanto que parecía que nadie podía dárselo. Mención especial a la selección musical y a la más que espléndida composición que Conrad Pope (en colaboración con Alexandre Desplat) ha realizado para la película, sin duda una de las partituras que más se ha echado de menos en los recientes Oscar.

No se intenta imitar a la actriz, sino contar un episodio de su carrera.
8

Dirección
Simon Curtis
Guion
(sobre los libros de Colin Clark)
Adrian Hodges
Dirección de fotografía
Ben Smithard
Música
Conrad Pope
Montaje
Adam Recht
Formato
2.35:1
Nacionalidad
USA, Reino Unido
Duración
99 minutos
Distribución
Universal Pictures
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