Un misterioso atraco en un ático de Nueva York, el escenario perfecto para un thriller. Joseph Ruben nos presenta esta cinta con Michael Keaton y Michelle Monaghan en donde ambos echan un “pulso” de a ver quien puede mas.
Tras ver Atrapada en la oscuridad, uno se da cuenta de que un director como Joseph Ruben, autor de interesantes propuestas como La gran huída (1984) (una de sus colaboraciones con Dennis Quaid), Durmiento con su enemigo (1991) o Regreso al paraíso (1998), no está nada en forma. Y es que hablamos de que su último trabajo es de hace nueve años, aquel thriller con Julianne Moore, Misteriosa obsesión. Desde entonces, no había vuelto a dirigir y eso, se nota mucho.
Se nota porque Atrapada en la oscuridad es una cinta extremadamente sencilla, con un guión muy flojo (de David Loughery, que ya había trabajado con él y que hasta firmó Star Trek V: La última frontera (1989)) en donde apenas hay sorpresas, todo está demasiado bien trazado, bien hilado, no hay hueco para giros inesperados… ¿qué se pretende contar en Atrapada en la oscuridad?
Resulta inevitable no emparentarla con una cinta tan conocida como Sola en la oscuridad (1967) donde una atemorizada y ciega Audrey Hepburn también hacía frente a unos ladrones que, en aquella ocasión, buscaban un alijo de drogas. Aunque si es cierto que en la cinta de Terence Young había otros detalles que sí que rizaban la historia muy bien, aquí todo resulta tan previsible y falto de interés que la película casi se ve por inercia (afortunadamente dura poco).
En cuanto a nivel interpretativo, la verdad es que no da para mucho. Una Michelle Monaghan correcta y un Michael Keaton muy por debajo de lo que estamos acostumbrados. Resulta raro que un actor de su talle se rebaje a papeles tan vacíos. Keaton vuelve a ser el verdugo en esta cinta, algo que no le va nada mal. Siempre ha sido un actor frío pero solvente y sabe darle a su personaje la maldad que necesita, eso sí, de forma un tanto descafeinada (la escena del gato da más risa que otra cosa).
Por lo demás, Ruben vuelve a dejar claro que las mujeres fuertes son su especialidad. Ya lo ha demostrado en varias ocasiones y aquí vuelve a hacer gala de ello. Eso sí, sin apenas sacarle a la película un atisbo de sorpresa o algo más. El espectador se queda al final con la sensación de que la historia podía haber dado mucho más de sí, y por momentos el guión parece estirarse de forma innecesaria.
Como recomendación para una tarde ociosa, Atrapada en la oscuridad podría ser una opción, eso sí, pero poco más podemos pedirla. Actores justos, guión justo, historia justa… No hay duda de que Ruben tiene que volver a recuperar la forma.