Josh Trank se ha estrenado como director, casi por la puerta grande con Chronicle, cinta de “superhéroes” desde un punto de vista diferente. Ha logrado combinar muy bien tanto técnica como historia y su acierto se ha transmitido en una buena aceptación en taquilla. El director viene influenciado, en sus palabras, por muchas fuentes de la cultura adolescente. Cine de ciencia ficción, videojuegos y por supuesto cómics. Fuentes que quedan bastante patentes en la propia historia de Chronicle.
Trank ha conjugado de forma eficaz el realismo de una filmación casera con una historia tan alejada de ella como es la de los superhéroes. Todo ello confluyen y conviven muy bien en una cinta que, a nivel técnico, nada tiene que envidiar a producciones con presupuestos más holgados. En Chronicle es la propia imagen la que cuenta la historia.
Pero también es verdad que sin ese inteligente ingrediente, quizá no hablariamos tan bien de ella, y es que sin su originalidad (en el aspecto fílmico) la cinta se queda en una mera muestra de lo que jóvenes talentos pueden hacer hoy en día. A Trank no le quitamos, en absoluto, su talento, pero el pequeño lastre de Chronicle se libra gracias a su propia realización. Todo eso, es de alabar.
A nivel interpretativo, Chronicle no se atribuye grandes logros. Los jóvenes actores protagonistas parecen casi ni actuar en la película, lo que le confiere a todo un realismo (o hiperrealismo) pocas veces visto en este tipo de historias. No se dedican meramente a sobreactuar, como suele pasar casi siempre.
La confluencia entre la pregunta ¿qué harías si tuvieras poderes? y la realidad (en este caso los problemas personales de cada uno), es el principal punto de partida de la cinta de Trank. Todos creemos que dominaríamos bien nuestras habilidades, que las usaríamos para hacer el bien… pero seguramente la realidad (es decir, la condición humana y nuestros propios asuntos) nos harían desviarnos del buen camino. Chronicle no se va por derroteros, expone lo que hay y la teoría tanto de Trank como de Landis (guionista) se aproxima a la realidad.
Rodada hasta con cierto gusto, Chronicle además entretiene. Es dificil caer en lo fácil, en el artificio… pero aquí y con el presupuesto escaso, no hay lugar a grandes despliegues de efectos (aunque los que tiene están muy bien utilizados), sino que es necesario apoyarse en unas buenas secuencias. Le falta quizá algo más de miga en toda la historia para redondearla.
De todo, destacamos sobre todo la utilización de videocámaras para retratar escenas, conversaciones… todo siempre está visto a través de sus ojos, no deja lugar a que el espectador se ponga en alguna posición. Intenta con ello hacerlo partícipe y lo consigue por momentos. Es quizá una de las propuestas más sugerentes del género en los últimos años. Animamos a Trank a no perder esa frescura y originalidad.
