Quizá si en el cartel de El desconocido pusiera, “Basada en hechos reales” no nos llamaría demasiado la atención, puesto que la historia que plantea, podría ser, fácilmente auténtica. Pero a veces, la razón humana, sorprende y lo que en un principio puede ser una acción lógica, a posteriori y analizada, deja claro que todavía queda algo de humano en nosotros.
El gallego Dani de la Torre debuta como director de largometrajes (tras algunos cortometrajes ya hechos), con una cinta que, técnicamente, tiene poco que envidiar a las grandes producciones de Hollywood del cine de acción. De la Torre sabe muy bien donde colocar la cámara, cómo manejar el ritmo, los tiempos, e incluso se permite colocar a los personajes en situaciones en las que el espectador se identificará muy bien con ellos.
Quizá el único lastre que le podríamos poner a El desconocido, radica en su guión, obra de Alberto Marini (Extinction (Miguel Ángel Vivas, 2015)). Aunque las situaciones están bien resueltas, nos fijamos en algunas conclusiones y la inverosimilitud aparece por arte de magia.
Da la sensación de que ciertas escenas están metidas con calzador para que todo encaje bien en el puzzle. Es quizá su mayor “pero”. No tiene un guión bien resuelto.
Por otro lado, la participación de un elenco como el que nos encontramos, también hace que El desconocido gane mucho peso. Tanto las interpretaciones de Luis Tosar (dentro de lo que ya sabemos de él), Javier Gutiérrez, Elvira Minguez o un breve Fernando Cayo, conforman un retablo de personajes al límite, muy bien posicionados y con la justa historia tras ellos. Lo que nos interesa está en pantalla, no es necesario saber mucho más.
El desconocido es un thriller muy bien rodado, con un planteamiento creíble, buenos actores y buenas dosis de ritmo. El flojo guión que lo encierra, quizá puede crearle varios detractores. Pero igualmente la carrera de Dani de la Torre, despega de forma envidiable.
