El cine de Gareth Evans es un cine directo, que va a lo que va y que, por lo general, no suele detenerse demasiado en lindezas o en historias excesivamente profundas. Aunque en su filmografía también hay otro tipo de producciones menos… violentas (uno de los segmentos de V/H/S 2 (2013) o El apóstol (2018)) lo cierto es que se desenvuelve como pez en el agua dentro de esta temática. Podríamos decir que es el Timo Tjahjanto europeo.
Tras su gran salto a la fama como Redada asesina (2011) una de las películas ultraviolentas con más ‘fandom’ de la década (quizá del siglo) y aunque su secuela, tres años después, no recibió la misma gran acogida, volvió a despuntar con la serie Gangs of London. Y es que las historias de “bandas” es algo que siempre le ha atraído al británico.

Sin salirse de las plataformas, estrena ahora Estragos (la traducción es literal, nadie se ha inventado nada) película de acción que nos recupera todo su universo particular de ultra violencia, bandas, peleas, tiroteos y sangre, mucha sangre. Y es que la película no engaña a nadie y si uno conoce un mínimo del cine de Evans, no se va a sorprender. La película es un absoluto desfase y un deleite para los fans de estos productos, no hay duda.
En el centro de toda esta historia tenemos a Tom Hardy, también británico, que encarga a un policía malencarado, rudo y con cara de pocos amigos, aunque con buen corazón (quizá le sobraría el buen). Este antihéroe no es un personaje nuevo, y tiene bastantes clichés, pero es que la película en sí es un cliché, lo cual se agradece de alguna forma, para evitarnos sorpresas.

La interpretación de Hardy tampoco destaca demasiado, evidentemente brilla por encima del resto del reparto, pero su personaje está construido con muchos lugares comunes, lo que le proporciona cierta previsibilidad a la hora de algunas acciones.
En el apartado de secundarios, con un trabajo más que correcto, casi a la altura de Hardy, pero sin tanta presencia, se completa con algunos rostros ya vistos en Gangs of London y con nombres de cierto peso como Forest Whitaker o Timothy Olyphant. En general, a nivel interpretativo, la película es correcta, Evans no exige mucho, siempre y cuando en cámara la cosa quede bien.

Película entretenida, correcta a nivel actoral, con un par de buenas escenas de acción y con una trama muy simple. A esto hay que sumarle una estética que nos traslada muy bien a los bajos fondos de cualquier ciudad (algo que Evans siempre ha cuidado, incluso en Gangs of London), y aunque en algunas escenas de acción se nota cierta utilización de CGI, en general la película luce bien.
Las últimas películas de Gareth Evans han ido a plataforma, concretamente a Netflix. Quizá estemos ante uno de esos directores que ha tirado la toalla y prefiere rodar para ellas que para su exhibición. Bien en sabido la animadversión de la plataforma Netflix a las salas de cine, por lo que rara vez permite que sus producciones se estrenen en ellas.
Es un estreno exclusivo de Netflix, por lo que solo se puede ver ahí.