Desde que hace 9 años, James Wan dejase la butaca de director a Michael Chaves, la saga de los Warren (o el ‘warrenverse’ como algunos lo han bautizado) parece haber tomado un desvío interesante en cuanto a personajes, lo cual es de agradecer, y han pasado de películas de terror (más bien de ‘jump scares’) a tener algo más de enjundia.
Wan, ahora simplemente productor (bajo su sello Atomic Monster), dejó el testigo por entonces a Michael Chaves, de quien le había llamado la atención su trabajo como cortometrajista y en quien confió para la película La Llorona (2019), con resultados bastante irregulares. Tras pasarle el relevo en Expediente Warren: Obligado por el demonio (2021), de nuevo se hace cargo de la cuarta entrega y, por lo que se anuncia, la última protagonizada por el matrimonio Warren. Aunque ya se sabe que en Hollywood, un buen talón sobre una mesa, puede resucitar cualquier cosa.

Si el tándem formado por Chaves y el guionista David Leslie Johnson-McGoldrick le dio un vuelco a la saga necesario (a pesar de que no gustó demasiado entre los más… puristas), aquí vuelven a darle otra pátina de humanidad y emotividad a los personajes algo que, de nuevo, da en el clavo y hace que todo sea más fácil de tragar. No se olvida el terror, porque es la quintaesencia de esta saga, pero tampoco se deja de lado el apartado más emocional de la historia.
Si en la anterior entrega se le daba bastante importancia al personaje de Lorraine en su papel de esposa, en esta ocasión es la hija de ambos (interpretada por Mia Tomlinson) quien se lleva todo el protagonismo, por sus lazos con la trama principal. Además, también adquiere cierto peso el elemento de la familia, que tanto había tenido en la primera película, y que aquí vuelve a ser protagonista, tanto la de los Warren como la de los Smurl, la familia atemorizada.

Si bien Expediente Warren: El último rito no aporta demasiadas cosas nuevas, tenemos la sensación de que muchas de las fórmulas aplicadas anteriormente ya nos son familiares. Quizá pueda pecar de ser una cinta demasiado continuista y no precisamente un final redondo para una saga que tantas alegrías ha dado no solo a Warner sino a su propio artífice, Wan.

Película entretenida, no demasiado interesante que engrosa (casi por compromiso de producción) la saga con un doble final poblado de homenajes (¿?) y que cuenta con un sólido reparto, como las anteriores, que tiene sus pequeños momentos terroríficos… como las anteriores y que en el fondo no tiene demasiadas ambiciones salvo el contentar a su ‘fandom’.







