La carrera del director indonesio (aunque nacido en Alemania) Timo Tjahjanto siempre ha ido asociada al terror y a la acción, sobre todo a la ultraviolenta. Son campos en los que se siente cómodo, y así lo demuestran sus producciones más internacionales, como la segunda y cuarta entregas de la saga V/H/S o las cintas de acción Headshot (Kimo Stamboel y Timo Tjahjanto, 2016) y The Night Comes For Us (2018). Esta última sentó las bases de su tándem con Netflix, con la que ya ha rodado 3 títulos incluido el que nos ocupa, Fuera de las sombras (2024), y que además le abrió muchas puertas a nivel internacional.
El cine de Tjahjanto es un cine ultraviolento, muy sanguinario y con personajes llevados hasta el extremo. No es para nada un director comedido y tampoco se muestra pudoroso cuando se trata de enseñar violencia u horror. Conviene saber a qué tipo de cine nos enfrentamos cuando vemos alguna de sus obras y, como era de esperar Fuera de las sombras no se queda atrás.
Rodada íntegramente en su Indonesia natal, la película es una cinta de acción que no va más allá de lo que ya conocemos. No descubre nada nuevo, sino que vuelve a ser un divertimento ‘ultragore’ con buenas ‘set pieces’ de acción donde el montaje vertiginoso permite sumergirnos de lleno en las acrobáticas coreografías, que recuerdan mucho al cine oriental de artes marciales… pero a lo burro. Si quedamos impresionados con aquella Redada asesina (Gareth Evans, 2012) volveremos a pasarla bien con ésta.
Tjahjanto vuelve a mezclar su violencia con historias sobre bandas asesinas, miembros relegados, o personajes al límite. Aunque aquí hay más simpleza que, por poner un ejemplo similar, en The Night Comes For Us, no hay que olvidar que la violencia para él es un elemento más con el que contarnos la historia. Fuera de las sombras nos conduce por un viaje, el de su protagonista, desde su pasado hasta un presente en donde quiere dejar atrás todo lo que ha sido, aunque le resulta imposible realizarlo. Es la historia de una asesina que busca la parte más humana que le queda, busca la redención.
Fuera de las sombras tiene un magnífico arranque y un final (doble) demasiado extenso y puede que hasta innecesario. El resto de la película sigue una estructura bastante simple (ir a un sitio a por los malos, ir a otro sitio a por más malos…) e intenta en algunos momentos, meter algo de drama para que la historia no quede en una sencilla orgía de sangre, mutilaciones, mamporros o laceraciones varias. Lo cierto es que los personajes nos dan bastante lo mismo, la cinta tampoco es que se esmere mucho, salvo la joven protagonista, por supuesto.
Y es que, como comentábamos, se trata de un personaje con un pasado, con algo que contar, en resumen, y que constantemente se está preguntando quien es y por qué hace lo que hace (ni siquiera ella misma parece saberlo). Prácticamente todo lo que la rodea es vileza y violencia, haciendo frente a todo eso en solitario.
Si que es verdad que podría hacerse demasiado pesada en su tramo final, con excesos y demasiados artefactos que no hacen más que incidir en que nadie se toma en serio nada de lo que pasa, incluso cuando la película se quiere poner seria.
Fuera de las sombras es una cinta entretenida, divertida en muchos momentos, salvaje y con un reparto que, aunque no sean grandes estrellas, están correctos en sus personajes, dotándoles sobre todo de unas más que magníficas capacidades físicas que les permiten hacer escenas de acción muy logradas. Pero fuera de eso, la película no parece que quiera llegar a otro sitio.
Sus dos anteriores trabajos fueron estrenados en exclusiva en plataforma. Todo apunta a que salvo grandes producciones, el cine de este director rara vez verá el circuito de salas comerciales. Sí que podríamos verlo en festivales especializados.
Es un título exclusivo de Netflix.